No está siendo el verano más caluroso que se recuerda en Gasteiz, pese a que las temperaturas extremas sí han sido una constante en muchos lugares del entorno desde hace semanas. 

Sin embargo, la ciudad está afrontando en la recta final de esta semana el episodio más tórrido de la presente época estival, con los termómetros disparados hasta el entorno de los 35 grados desde el jueves y una noche tropical tras otra, y las previsiones no auguran grandes cambios por lo menos hasta mañana, aviso amarillo incluido. 

¿Pero cómo sobreponerse a estas incómodas condiciones? A falta de contar con una red de refugios climáticos en la que el Ayuntamiento ya comenzó a trabajar en la recta final de la pasada legislatura, los vecinos de la capital alavesa y los cientos de turistas que la están visitando estos días se las ingenian para llevarlas de la mejor manera posible. 

Por encima de los 30 grados

Son las 12.30 horas de este sábado y la temperatura ronda ya los 30 grados en el corazón de la ciudad después de una noche en la que los termómetros han marcado una mínima de 19,8, según Euskalmet.

Vitoria continúa al ralentí tras las fiestas de La Blanca, con numerosos negocios cerrados y un movimiento en las calles que principalmente se ciñe al centro, y el calor hace todavía más palpable esa estampa de urbe a medio gas. 

El exterior de los bares, eso sí, presenta un inmejorable aspecto. Los que están a la sombra, por supuesto. Y las bebidas frías ganan por goleada. “Las cañitas como siempre, pero lo que nosotros vendemos siempre es mucho café. Así que ahora, con hielo”, acota Josu Areitioaurtena, camarero del café Mallory. Las terrazas son, con diferencia, uno de los espacios más buscados para refugiarse del inclemente sol que, con las horas, apretará todavía más las tuercas. 

Josu Areitioaurtena, camarero del café Mallory. Josu Chavarri Erralde

A falta de oficializar los registros, los termómetros han llegado este sábado a los 35,9 grados en la ciudad cuando el reloj marcaba las 15.00 horas, la segunda temperatura máxima más alta registrada este agosto.

Con este panorama, quien se ha atrevido a salir a la calle ha dejado desiertos prácticamente todos los espacios sin sombra. Abanicos, paraguas reconvertidos en parasoles, mucha agua y ropa ligera han vuelto a ser algunos de sus principales aliados. 

Las piscinas de Mendizorroza y Gamarra, igualmente provistas de amplias zonas de sombra, también han estado a tope durante toda la jornada. En el centro, parques como el de La Florida o El Prado, la casa de cultura Ignacio Aldecoa o incluso la Catedral Nueva han sido algunos de los espacios más solicitados por los viandantes para descansar, al menos durante unos minutos, del calor.  

Trabajar con calor

Son también muchos los vecinos que deben trabajar de forma permanente en la vía pública también en estos días de canícula. Es el caso de Antonio Merchán, agente vendedor de la ONCE, que tiene su lugar de trabajo en la céntrica calle Postas.

“Muy mal se lleva –el calor–, aquí nos asfixiamos. No se puede dormir siquiera ¿El remedio? Agua fresquita, no hay otra”, subraya Merchán, quien “por suerte” sí que está teniendo mucho trabajo estos días. “La gente vuelve de vacaciones y va subiendo la cosa. Y también hay muchos turistas. Hace tres años di el gordo a unos de fuera, así que se acordarán de mí”, recuerda con una sonrisa.

Antonio Merchán, agente vendedor de la ONCE, con un cliente. Josu Chavarri Erralde

“La terraza estos días está a tope y con mucho turista”, corrobora de nuevo Areitioaurtena, desde el Mallory. 

Los helados son, también, un recurso de lo más socorrido estos días para hacer frente al calor. Yen establecimientos como Bico de Xeado, en el cruce de Postas como Fueros, lo están comprobando de sobra. “Estamos teniendo bastante gente, sobre todo turistas”, confirma Tomás Quintans, a quien sería imperdonable no solicitar una recomendación: “La gente pide mucho el helado de requesón con higo caramelizado y el de tarta de queso, pero para estos días yo recomendaría el de hierbabuena mezclado con limón o con naranja, que queda muy refrescante”. Apuntado.

Tomás Quintans, de Bico de Xeado Josu Chavarri Erralde