Han pasado tres semanas desde que Leire Zugazua fue reelegida Síndica de Gasteiz hasta el año 2027 y completará su etapa de una década al frente de la Defensoría vecinal.

Recibió el respaldo del Pleno el pasado 2 de diciembre para continuar otros cinco años más. Tuvo claro su deseo de continuar como Síndica.

–No hubo ninguna duda y tenía claro que quería seguir como Síndica. Parece difícil pero un plazo de cinco años en este cargo se queda escaso. Hay cosas que se emprenden pero aquí va todo lento y no hay resultados de un año para otro. Creemos que en estos próximos cinco años se va a poder recoger fruto de lo que hemos sembrado desde 2017.

¿Una década al frente del cargo es tiempo suficiente para dejar su propia impronta?

–Esta primera etapa de cinco años ha sido extraña al haberse solapado con la pandemia, que ha enrarecido las cosas. Además hoy que acostumbrarse a este cargo y hasta el cuarto año, en este caso, no hemos sentido el dominio de las tareas e interiorizar ese discurso. Hace falta este segundo mandato, pero con dos es suficiente.

Superado 2027, ¿qué huella le gustaría dejar a Leire Zugazua como Síndica?

–Me gustaría ser recordada como una persona cercana y preocupada por las inquietudes de la ciudadanía, que sabe escuchar. En eso empleamos nuestro esfuerzo. Nos interesa que quienes nos visitan sepan que les escuchamos y que estamos cerca de ellos. Este aspecto, creo que en estos primeros cinco años ya lo hemos conseguido. La gente viene tranquilamente a nuestra oficina y estamos satisfechas con el nivel de confianza que hemos logrado. También me gustaría ser recordada como una persona que ha intentado mejorar la Administración y hacerla mucho más humana y cercana. El funcionamiento, por lo general, es bueno pero cuando hay una situación que se escapa de la normalidad se debe poner el foco en ella y atenderla como se merece, buscando una comunicación clara, la cercanía con el ciudadano y que no sienta que la Administración es una entidad todopoderosa y algo lejana. Nosotros ejercemos mucho como una bisagra y nos esforzamos en equiparar decisiones.

Para ese año sería también uno de los retos lograr que el índice de resoluciones aceptadas por el Ayuntamiento llegue a alcanzar un 75%, por ejemplo.

–Esa cifra del 75% estaría fenomenal. Estaría bien llegar a ese porcentaje. Otro de los objetivos a conseguir sería tratar de desterrar esa imagen de una administración poco humana y abogar porque ese mensaje de que las cosas se pueden hacer de otra manera vaya calando entre el personal municipal, como me ha sucedido a mi a nivel personal. No sé cómo lo voy a hacer pero es otra de las cuestiones que voy a tratar de abordar en los próximos cinco años hasta 2027. – J. L. del Campo