La tarea de Leire Zugazua como Síndica y Defensora vecinal se va a extender hasta el año 2027 tras ser ratificada por el Pleno municipal para un segundo mandato. Desde las páginas de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA analiza el camino recorrido y fija las prioridades para el próximo lustro.

Echando la vista atrás a los cinco años como Síndica, ¿qué balance hace?

–Cuesta bastante hacer un resumen. Puedo decir que estoy satisfecha en algunos aspectos y no tanto en otros. En el trabajo interno de la oficina hemos automatizado procesos, se ha logrado sistematizar tareas y disponemos de una página web más alimentada que nunca. En esa faceta hemos avanzado muchísimo. De cara a la ciudadanía, sin embargo, aunque nos queda camino somos cada vez más conocidos. Tenemos como reto que nos conozca más la ciudadanía y también que dentro del Ayuntamiento conozcan más nuestro trabajo y nuestro papel. Durante estos cinco años han salido muchas cosas y otras no.

No fue un mandato completamente normal. En marzo de 2020 estalló la pandemia y lo trastocó todo.

–Tampoco es que tuviera un reflejo tremendo en el trabajo de la oficina y los casos, pero sí fue un momento que nos descolocó a todos en cuanto a la forma de trabajar o la tramitación de las quejas. No hubo un incremento global en el volumen de trabajo, pero sí en ciertos aspectos como los relacionados con las sanciones por el estado de alarma.

“El Ayuntamiento dispone de viviendas propias, pero no existe un plan municipal como sí tienen las ciudades más cercanas a Gasteiz”

A punto de pasar la hoja del calendario y empezar el nuevo año, ¿se han quejado mucho los gasteiztarras en 2022?

–Hemos detectado un descenso en el número de quejas presentadas, aunque la actividad cotidiana de la oficina sigue a pleno rendimiento. Vamos a cerrar el año por encima de los 165 expedientes, aunque hemos abierto menos que en otros ejercicios. En cuanto a las consultas sí que llevamos más que el año pasado, 41 en total a falta de los diez días finales de este año, frente a las 37 de los doce meses previos. Lo referido a expedientes de oficio, solo hemos abierto uno. La actividad no ha bajado y hemos tenido que dar charlas ahora también como integrante del comité municipal antifraude, por ejemplo, o tomando parte como ponente en varios congresos.

De ese listado de materias ¿hay alguno más relevante que otro como pudo ser en 2017 la Plusvalía o en 2020 las sanciones por el estado de alarma?

–No hemos detectado ese tema estrella que genera una gran cantidad de quejas en la oficina. Ha habido, por el contrario, una gran variedad de asuntos que han afectado a todos los departamentos municipales como la Escuela de Música, Tuvisa, Amvisa o cementerios. De nuevo el de Hacienda ha vuelto a ser el área estrella.

La tarea de Leire Zugazua como Síndica y Defensora vecinal se va a extender hasta el año 2027 Pilar Barco

No faltarán los recurrentes asuntos de tráfico, multas por aparcamientos, caídas en la vía pública, entre otros.

–A falta de un tema estrella como indicaba antes, hemos trabajado la responsabilidad patrimonial. De reclamaciones que provenían de otros ejercicios ya hemos conseguido tener un criterio firme sobre cómo debería tramitar el Ayuntamiento esas reclamaciones.

En los casos concretos de caídas en la calle, ¿ha atendido el Ayuntamiento sus resoluciones y es receptivo?

–De momento no nos ha respondido a las recomendaciones y no sabemos si lo hará. No es fácil cambiar de criterio o rectificar. Receptivo, no lo sé. Se trata a partir de ahora de ver un poco qué es lo que pasa porque no ha habido todavía ningún procedimiento empezado después de estas recomendaciones y no sabemos lo que hará. Veo difícil que las recomendaciones emitidas las acepte.

“No sé si aplicar el canon de vivienda vacía va a movilizar pisos para el alquiler. Sí tenemos claro que la okupación no es la solución”

¿No tiene la sensación de que todo el trabajo que se hace hasta emitir una resolución cae en saco roto al no ser atendida por el Ayuntamiento?

–Depende de los departamentos a los que vaya dirigida, pero sí que es cierto que alrededor de un 50% de las mismas nos las admiten. La última de ellas, sobre accesibilidad en las plazas de aparcamiento para personas discapacitadas, nos la han admitido porque la norma es de sentido común. Cuando pasa lo contrario es algo que no llegamos a entender. Como siempre digo, igual no la admiten de entrada y con el paso de los años vemos que cambia el criterio y podemos decir que de algo sirvió.

Le cuesta al Ayuntamiento asumir sus errores o un funcionamiento incorrecto a la hora de dar su brazo a torcer?

–Sí le cuesta y es un poco rígido. Siempre insistimos en que todos nos podemos equivocar y es algo que le pasa a cualquiera. Hay criterios que, a nuestro entender, son erróneos y cambiar un criterio de actuación es complicado, pero hay situaciones puntuales que se detectan y se pueden cambiar rápido. Eso es lo que más le cuesta.

"Al Ayuntamiento le cuesta admitir sus errores y es un poco rígido. Hay situaciones puntuales que se detectan y se pueden cambiar rápido"

Ese tipo de situaciones hacen que la institución tenga una cara poco humana y sensación de una gran maquinaria burocrática.

–Cuando comento esto, a veces se enfadan en el Ayuntamiento. Es cierto que, a nivel de atención ciudadana, se hace una labor tremenda de escucha, orientación y acompañamiento al ciudadano. De ahí hacia arriba, el grueso del personal municipal hace su trabajo. Cuando les llega un caso que lo deben mirar con cariño, no lo hacen. Cuando hablo de humanidad me refiero a situaciones en las que ha habido un error y traten de ponerse en el lugar del ciudadano y hacer lo que la ley le permita. A veces no existe ese conocimiento de puertas hacia afuera de la realidad que hay en la calle.

¿Hay alguna fórmula o varita mágica para darle la vuelta a esa situación?

–Hace falta concienciación. Hablo por mi experiencia personal y en diez años que llevo en la oficina he evolucionado. De ser antes mucho más burócrata ahora me he dado cuenta de que las cosas se pueden hacer de otra manera.

Sin embargo las Administraciones empujan cada vez más hacia los trámites ‘online’ y destierran las gestiones presenciales.

–La ley no te obliga a relacionarte electrónicamente si eres particular. El Ayuntamiento de Vitoria en ese sentido está bastante bien. Sí que es cierto que la cercanía se consigue con escucha y hacer una Administración espontánea, cercana y humana no significa perder potestades que la ley reconoce y que no se perciba al Ayuntamiento como una apisonadora. De las Administraciones y entidades con las que he tratado, la Dirección General de Tráfico (DGT) es la peor.

“Al Ayuntamiento le cuesta tener ese conocimiento de puertas para afuera sobre la realidad que vive la ciudadanía a pie de calle"

En las presentaciones de sus informes trimestrales o balance anual siempre dedica un capítulo importante a la vivienda. ¿Somos conscientes los gasteiztarras del problema que supone en la ciudad?

–La vivienda nos sigue preocupando mucho y vemos las dificultades de la población para acceder a una de alquiler. El alquiler libre está imposible y de compra, mejor ni hablar. Estamos recibiendo últimamente a gente que duerme en la calle y eso es muy duro. El Ayuntamiento sabe lo que hay al ser la Administración más cercana y a él acuden las personas en situación más vulnerable para pedir ayuda, pero esto no es visible para la ciudadanía en general. Sabiendo cómo está el asunto debería esforzarse más en ello. La competencia es autonómica, pero el Ayuntamiento dispone de muchas viviendas propias y no existe un plan de vivienda municipal como sí en Bilbao o Donostia. Algo más se podría hacer viendo que los recursos municipales están a tope.

Se plantea ahora la puesta en marcha para 2024 de un canon para viviendas deshabitadas. ¿Es esa una posible solución para aliviar la carestía de los alquileres?

–Las últimas informaciones en prensa apuntan a que hay muy poca vivienda en Vitoria para esa opción. No sé si esa sería una medida efectiva para movilizar vivienda en ese sentido. En Donostia hay un censo de viviendas vacías y Bilbao va a empezar a cobrar a las 2.100 pisos que han aflorado. Me conformaría con que el Ayuntamiento de Vitoria movilizase sus viviendas, como las de Bustaldea donde se lleva años esperando el convenio con el Gobierno Vasco y no hay noticias.

La tarea de Leire Zugazua como Síndica y Defensora vecinal se va a extender hasta el año 2027 Pilar Barco

Ante este panorama aflora el problema de la okupación.

–Nunca hemos visto bien la okupación, aunque se ha transmitido o ha calado la sensación de lo contrario. Nunca nos ha parecido una opción correcta. Solo hemos dicho que era una consecuencia del problema de acceso a la vivienda. La okupación no es la solución, pero es un síntoma del problema que existe.

Vinculado también con la vivienda está la falta de mantenimiento y conservación con casos como los de Santo Domingo y sus vecinos que llevan cinco años desalojados.

–Son tres portales afectados y también otros en la calle Cubo. Se me echa en cara abogar que el Ayuntamiento les pague la vivienda a estas personas y no es eso. Hay que ver la situación individual de cada vecino, hasta dónde podría llegar la comunidad y también la responsabilidad del Ayuntamiento en el mantenimiento del Casco Viejo. Agarrar el tema por los cuernos y decir qué hacer en este caso.

¿Es optimista respecto a una resolución de este tema de Santo Domingo?

–Se están barajando soluciones pero todo apunta a que serían para dentro de varios años. Optimista no puedo ser porque ya han pasado cinco años y eso es mucho tiempo. Sé que el Ayuntamiento y Ensanche 21 han barajado alguna solución y los vecinos ahí la tienen y la conocen.

"Nunca hemos visto bien la okupación y no es la solución pero es un síntoma del problema que existe"

¿La ejecución subsidiaria se descarta?

–Esta opción se limitaría a las obras de estabilización de la medianera y eso no garantizaría que las viviendas fueran habitables. Las obras que hay que acometer para dejar eso en condiciones son más que las que alcanza la ejecución subsidiaria. Igual en su día, si se hubiera hecho, hubiera resultado suficiente.