Ala tradición que por si mismo atesora el Mercado de Navidad que se celebra en la capital alavesa desde hace más de seis décadas, se unieron en esta edición varias novedades para que la cita fuera “más atractiva” y abarcará a un mayor espectro de público de diferentes edades. Y vista la respuesta de los vitorianos, las nuevas iniciativas dieron un muy buen resultado. La recién estrenada Plaza de la Memoria albergó una carpa para disfrutar de catas y maridajes de productos alaveses que resultó un éxito absoluto a tenor de que se acabaron las inscripciones en un visto y no visto. A las degustaciones más típicas de maridar vino con queso, se unieron otras destinadas para personas más atrevidas que se aventuraron a probar la mezcla de vino y chocolate, así como vermú con queso. Todo ello, con la correcta explicación de un catador oficial.

Junto a este nuevo espacio, otra de las novedades fueron los cuatro puestos gastronómicos, ubicados en el exterior del anillo de la plaza, lo que facilitó el acceso a los mismos y descongestionó de colas el paso interior. Fueron muchos los gasteiztarras que degustaron un buen talo acompañado de sidra, unas croquetas caseras, un caldito o una hamburguesa de gallina campera con Eusko Label. Ese mismo espacio estuvo dedicado a la música en directo, lo que animó y amenizó el ágape de las personas allí congregadas. De esta forma, los 100 puestos de productores quedaron mejor distribuidos en el interior de la plaza.