Miles de gasteiztarras y visitantes han puesto su mejor cara al fresco clima de este martes festivo, que también ha regalado agradables ratos de sol, y han tomado las calles de la capital alavesa para disfrutar de todos sus encantos.

Desde el parque de La Florida, donde el Belén Monumental ha recuperado su esplendor con la reapertura de la gruta y los txikis ya pueden depositar sus cartas a Olentzero y Mari Domingi, hasta el corazón de la ciudad, al que hoy –eso sí– le ha costado un poco más despertar, el trajín no ha cesado durante toda la jornada. 

Con las puertas de los principales museos abiertas de par en par y la feria Ardoaraba como plato fuerte, la cultura y la enogastronomía vuelven a conformar un binomio perfecto para paladear Vitoria en estas fechas prenavideñas. 

Una visita obligada

Claro que si hay un lugar de visita casi obligada para quienes estos días se encuentren en Gasteiz, especialmente si no residen aquí, ese no es otro que el parque de La Florida y su histórico Nacimiento, que este año ha cumplido 60 años de vida. 

Esta mañana, para alegría de quienes lo han recorrido, adentrarse en la renovada gruta no ha requerido hacer demasiada cola, como sí ha sucedido en algunos de los días previos. “Ze polita da!”, exclamaba entusiasmado un aitite a su nieta tras conocer la cueva, que luce amplia, impoluta y luminosa. La cascada, cuya caída puede contemplarse al salir de la cueva, ha hecho también las delicias de txikis y no tan txikis.

Como Belén, de visita desde Santander y mapa de la ciudad en mano, que halagaba un conjunto “distinto a todo”. "A mí me gusta mucho, es muy bonito. No es la primera vez que estoy en Vitoria pero sí la primera vez que lo veo”, subrayaba. 

A unos pocos pasos de allí, el cambio de ubicación del castillo de Herodes aún sorprendía a alguna visitante, pese a que la mudanza de la reproducción se realizó en 2019.

Ambiente 'in crescendo'

El Casco Viejo, sus bares y sus terrazas han comenzado a animarse con el paso de las horas como también lo ha hecho el centro de la ciudad, al tiempo que por cuarta jornada consecutiva abrían sus puertas las tres carpas de Ardoaraba. 

En la de la Plaza de los Fueros, Aitor, María, José Miguel y la pequeña Jare disfrutaban de un ambiente anhelado como pocos en la ciudad durante estas fechas tras dos años de parón obligado por la pandemia.

“Me gusta mucho Ardoaraba, el ambientillo de las carpas e ir de bodega en bodega”, destacaba el primero. “Llevaba muchos años sin venir y encantado de volver a recuperarlo”, añadía su amigo. “Muy contenta de volver a pisar las carpas. Echando en falta la del Machete, porque el entorno mola mucho, pero bien”, remachaba María, que hoy se ha estrenado en la feria de este año. 

Conchi López de Aguileta, de la alavesa Señorío de las Viñas, se mostraba también satisfecha por regresar a un evento en el que esta bodega participa desde la primera edición, aunque reconocía que las ventas van "regularcillo".

"Igual es que estamos un poco apretados de bolsillo, porque gente sí suele venir", apuntaba esta veterana bodeguera de Laserna (Laguardia), al mando de un negocio "familiar, que además es de mujeres". "Hacemos el vino con cariño", destacaba.

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El txiki-txoko gastronómico a cargo de La Huerta de José Mari que se ha celebrado junto a la carpa de Los Fueros, donde han tomado parte decenas de pequeños, ha animado un poco más una feria que también ha seguido viviéndose con intensidad en las plazas Nueva y de la Provincia.

Y también en el Depósito de Aguas de Montehermoso, donde la bodega Casa Primicia ha celebrado una cata dentro de la iniciativa Espacios Singulares.