El grupo municipal Elkarrekin manifiesta su contrariedad y decepción tras conocer la resolución de impacto ambiental estratégica, emitida por Gobierno Vasco, que deja la puerta abierta a las actuaciones urbanísticas para construir nuevas instalaciones dentro de la zona periférica de protección de los humedales de Salburua, a menos de veinte metros de la balsa de Betoño.

Remarca que dicha declaración ambiental contradice el informe elaborado por la Diputación alavesa, cuyas conclusiones eran contrarias a dicha intervención. Elkarrekin recuerda que dicho informe, elaborado por el servicio de Patrimonio Natural de la institución foral, era muy claro.

"Afirmaba rotundamente que cualquier excavación y ocupación en la parcela donde se quiere ampliar el BAKH puede afectar negativamente y de forma irreversible al acuífero y, por ende, a los objetivos de conservación del Espacio Red Natura 2000".

Visón europeo y rana ágil

Se detenía también en poner valor la conservación de la biodiversidad de esta zona, remarcando la presencia del visón europeo, catalogado a escala estatal como especie en peligro crítico de extinción; la rana ágil, el galápago leproso, los quirópteros (murciélagos) o los coleópteros.

Para Elkarrekin resulta incomprensible que la declaración del ejecutivo vasco reconozca los graves impactos ambientales y paisajísticos que puede suponer la ampliación de las instalaciones pero que, a renglón seguido, fíe toda la conservación de la fauna y flora de la zona a la ejecución de ciertas medidas correctoras.

"A nuestro juicio, estas medidas no garantizan el absoluto la protección de la joya del Anillo Verde. No compartimos que el gobierno de una ciudad Green Capital, que se presupone defensor y protector de la biodiversidad, vaya a admitir este tipo de proyectos, que responden a modelos urbanísticos basados en el cemento y el ladrillo, completamente obsoletos a día de hoy", critica. Es todo un "despropósito" medioambiental, censura el portavoz de Elkarrekin, Óscar Fernández.