"Para ganar, lo primero que hay que hacer es llegar", decía Juan Manuel Fangio. Porque uno puede tener dominada la carrera, puede rodar más rápido que el resto, pero si un error de pilotaje o la fiabilidad mecánica impiden cruzar la meta, de nada sirve todo lo anterior.
Fue tan desastrosa como excelente la imagen de Charles Leclerc llegando al garaje antes de lo previsto, con su coche aparcado por abandono. El único líder que había tenido el campeonato hasta alcanzar el Gran Premio de España saludó triste a cada miembro de Ferrari, pero lo hizo como ejemplo de deportividad, pese a ceder la victoria y también el liderato a Max Verstappen, que sigue cumpliendo con una premisa: si termina la carrera, gana. Ya suma cuatro conquistas, tres de ellas consecutivas. Se agravan los problemas en Ferrari.
La escudería de Maranello no había sufrido ningún abandono hasta la fecha por cuestión de motor. En el circuito de Barcelona-Catalunya falló la unidad de potencia de Leclerc para ceder un triunfo que tenía abrazado. Se cumplía la vuelta 27 cuando gozaba de más de 11 segundos de ventaja. De pronto, el monegasco reportó problemas de potencia irremediables. Acabó en el box. Fue un giro a un guion rebuscado, porque sucedieron cantidad de anécdotas..
El escenario se tornó idílico para Leclerc en la novena vuelta. Mientras Verstappen buscaba adelantar al líder de la prueba, trompeó para salirse a la grava. Regresó a pista en cuarto lugar. Leclerc cobraba así 8 segundos de margen sobre el inmediato perseguidor, un George Russell que contrastaba con su compañero de Mercedes, Lewis Hamilton, quien había recibido un golpe de Kevin Magnussen en la primera vuelta y sufrió un pinchazo que le hizo descender a las catacumbas de la clasificación. "Salvemos el motor", sugirió el británico. El equipo le negó la propuesta de abandono. La decisión fue muy acertada. De hecho, Hamilton sería elegido Piloto del Día.
Para beneficio de Leclerc, Russell taponó a unos Red Bull con mayor ritmo que el Mercedes. Sergio Pérez viajaba a la zaga del británico, justo delante de Verstappen. El mexicano recibió la orden de dejar paso al neerlandés para tratar de abordar el adelantamiento. Pero a Mad Max. Los Red Bull permanecieron casi 20 de las 67 vueltas a rebufo de Russell, que con el adiós de Leclerc figuraba como nuevo líder.
Finalmente Pérez logró rebasar a Russell en pista, en el giro 31, para encabezar la prueba. Más adelante, Verstappen hizo lo propio en un pit stop porque sin DRS le resultaba complicado ante la férrea defensa de Russell, quien llegó a verse rebasado pero reaccionó con una maniobra de infarto. Lo cierto es que la cita de Montmeló ratificó que los nuevos monoplazas facilitan los adelantamientos. Fue una fiesta.
Red Bull pide a Pérez ceder el puesto a Verstappen
Con los Red Bull instalados en cabeza, la dirección optó por señalar a Verstappen como ganador. "Estás en una estrategia diferente a Max. Si es más rápido, déjale pasar", instaron a Checo Pérez, que de nuevo cedía posición. "No es justo, pero lo haré", respondió el mexicano. El equipo de Milton Keynes impulsó así a Verstappen hacia su cuarto triunfo del curso.
Mad Max llegó a rodar desesperado ante la impotencia de carecer de DRS y tras un error que le pudo costar muy caro. "Estoy contento por el equipo, pero después tenemos que hablar", advirtió Pérez, voluntarioso pero resignado a ejercer de escudero. "Gracias, colega", expresó por su parte Verstappen, que habló del mexicano como "un gran compañero". El neerlandés llegó a Barcelona 19 puntos por debajo de Leclerc y despega con 6 de ventaja. Además, Red Bull, gracias al doblete.
Por otro lado, Russell batió a Hamilton por quinta vez de seis posibles. El joven acabó tercero. Mientras, el veterano terminó quinto, confirmando tanto él como Russell que pilotan un Mercedes que ha progresado.
En un contexto de grandes remontadas, Carlos Sainz firmó otra de ellas. Arrancó tercero y perdió dos posiciones en la salida. En el séptimo giro perdió el control del coche y se marchó a la puzolana. Sucedió en la misma curva, la 4, en la que Verstappen se escapó de la pista. Luego Sainz se aupó hasta la cuarta posición.
Fernando Alonso también selló una buena recuperación. Fue decimoséptimo en la calificación, pero finalmente arrancó desde la última pintura al cambiar la unidad de potencia. El asturiano alcanzó la novena plaza. Su compañero en Alpine, Esteban Ocon, se elevó desde la duodécima plaza hasta la séptima.