La revelación de que el PP estudió la legalidad de la amnistía cuando abordó con Junts la constitución de la Mesa del Congreso y la posible investidura de Alberto Núñez Feijóo tras los comicios, aunque lo descartó “en 24 horas”, y de que los populares están abiertos a estudiar un indulto condicionado a Carles Puigdemont ha generado una nueva tormenta política en plena campaña electoral en Galicia, habida cuenta de la furibunda reacción que ha tenido en los últimos meses la formación conservadora contra estas mismas medidas y contra el Gobierno español por plantearlas y asumirlas. Estas informaciones –en la práctica confirmadas por los dirigentes del PP– han generado estupor, ya que la estrategia popular de acoso y desgaste al Ejecutivo de Pedro Sánchez está basada casi de manera unívoca en la dura crítica a su supuesta “entrega” al independentismo catalán para conseguir la investidura de Pedro Sánchez y a la ilegalidad e inconstitucionalidad de estas medidas de gracia. El rechazo en esas “24 horas” que alega el PP a la posible amnistía a los líderes del procés y las condiciones que impondría al expresident para acogerse al indulto –a saber, que Puigdemont rinda cuentas ante la Justicia española, cumpla la condena, pida la medida de gracia y renuncie al referendum ilegal y a la independencia unilateral– no restan un ápice de trascendencia política a estas propuestas. A derecha e izquierda del escenario político, la palabra más repetida para definir la actitud del PP en este asunto ha sido la de hipocresía. Solo así puede interpretarse su sobreactuación y sus hiperbólicas críticas al Gobierno Sánchez, incluso con acciones como la agitación de la calle y la creación de un inusitado clima de crispación y polarización políticas. Estas posturas de la cúpula del PP –que han sorprendido incluso en sus propias filas–, que buscarían adentrarse en una posible “reconciliación” en Catalunya, rompen con la estrategia que ha llevado el partido hasta ahora y provocan estupefacción y confusión. Aunque los populares tratan de argumentarlo, la realidad es que el propio Puigdemont habló hace unos días de “ofertas secretas” del PP en verano y de que si Junts hubiera permitido la investidura de Feijóo estaríamos en un escenario distinto. Todo apunta a que, una vez más, el independentismo dice la verdad frente a la manifiesta falta de escrúpulos del PP.