Euskadi se ha consolidado en los últimos años como un referente de fortaleza y dinamismo industrial y de avance en el campo de la innovación a nivel europeo. Un estatus que le está siendo reconocido desde distintos ámbitos de la Unión Europea desde criterios objetivos y parámetros evaluables. Aunque la crisis derivada primero de las consecuencias de la pandemia y el parón económico que supuso el covid-19 y, después, por la guerra de Ucrania han tenido consecuencias nefastas, la industria vasca ha sabido reaccionar con vigor suficiente pese al estancamiento generalizado. Una prueba de que este singular dinamismo no pasa desapercibido en el ámbito internacional es la elección de Bilbao como sede de la próxima cumbre informal de ministros de Industria y Consumo de los 27 estados miembro de la UE que se celebrará los próximos 24 y 25 de julio con el objetivo de analizar y reflexionar sobre los retos que debe afrontar Europa en el contexto del grave riesgo que supone su fuerte dependencia de proveedores exteriores, como se está comprobando con la guerra de Ucrania. Que esta importante cita –aunque al tratarse de una reunión informal su meta no sea alcanzar acuerdos sino asentar unas bases comunes– tenga lugar en Euskadi no es ni casual ni baladí. De hecho, el último informe Regional Innovation Scoreboard (RIS) 2023, hecho público esta semana, sitúa a Euskadi dentro del selecto club de las regiones europeas consideradas de alta innovación, ranking en el que ha ascendido 21 puestos en los dos últimos años. El estudio de la Comisión Europea considera como fortalezas la alta cualificación de su población joven, los elevados impactos de la innovación en términos de ventas de nuevos productos y el elevado porcentaje de personas en procesos de aprendizaje a lo largo de su vida. Son cuestiones que con frecuencia no son apreciadas y suelen pasar desapercibidas, pero es indudable que forman parte de nuestra idiosincrasia y buena tradición gestora. El reconocimiento externo es, en este sentido, muy importante porque refleja que Euskadi está en la mirada internacional para mucho más que para acoger, con un éxito espectacular, la salida y varias etapas del Tour de Francia. Las cuestiones a debate y reflexión en esta próxima cita en Euskadi son, además, claves para el futuro de la realidad económica y el bienestar de toda la ciudadanía europea.