a jornada de ayer, primera en 48 días en que la ciudadanía pudo salir del confinamiento para realizar actividades como la práctica de deporte individual o el paseo, se convirtió en un ensayo a escala de la futura “nueva normalidad” que nos espera ante la pandemia del coronavirus. Miles de vascos, ansiosos por disfrutar por fin al aire libre, aunque de manera limitada por franjas horarias y edades y regulación de tiempo, tomaron las calles, paseos, playas y senderos con buen ánimo y conscientes, en su inmensa mayoría, de la gran responsabilidad individual que supone que este avance hacia la desescalada en las restricciones de movimientos sirva en su genuino propósito de mejora de la salud física y emocional y no suponga un paso atrás en el control de la enfermedad. En general, la ciudadanía -que ha dado en su mayoría pruebas de gran madurez, sensatez y compromiso en su comportamiento- actuó con pleno sentido común, al igual que ocurrió el domingo pasado con el desconfinamiento de los menores, lo que hizo que, pese al gran número de personas que salieron a las calles, no se registrasen incidencias significativas, salvo excepciones. Es necesario que esa participación responsable en el cumplimiento de las medidas impuestas continúe de manera firme y constante en los días sucesivos, porque es mucho lo que hay en juego. Las instituciones, que deben velar por el cumplimiento de las normas establecidas, analizar su desarrollo e incidencia en la evolución de la pandemia y decidir en consecuencia, volvieron a advertir ayer de forma clara en que no se puede bajar la guardia. Y mucho menos ahora, cuando los datos parecen indicar que se va en la buena dirección. Así, la consejera de Salud, Nekane Murga, incidió en la necesidad de evitar las aglomeraciones y de minimizar el riesgo de contacto y anunció una nueva campaña de sensibilización bajo el elocuente lema “2 metros, la distancia que nos une”, incidiendo en las medidas de prevención y distanciamiento social. El presidente español, Pedro Sánchez, fue más allá al dar por hecho que habrá “rebrotes” de la enfermedad, por lo que subrayó la necesidad de que estos sean “lo menores posibles”. Es obvio que el regreso, aun limitado, a las calles supone un riesgo, por lo que es más necesario que nunca hacerlo con altas dosis de prudencia, responsabilidad y sensatez.
- Multimedia
- Servicios
- Participación