Según han confirmado fuentes de la empresa y del comité, finalmente son 103 los trabajadores de la planta de Michelin de Vitoria que se han acogido al plan de bajas incentivadas planteado por la empresa y aprobado por el comité el pasado diciembre. La factoría gasteiztarra de la multinacional gala fabricante de neumáticos cierra así el capítulo abierto el pasado noviembre, cuando anunció distintas medidas para hacer frente a un horizonte de producción para este 2024 que se planteaba como “el más bajo de los últimos 20 años”.
Una previsión, en una coyuntura general de “volumen a la baja” de pedidos, ante la que la empresa estableció el pasado noviembre un “excedente” de plantilla de 150 de los en torno a 3.500 trabajadores de la planta –la de Vitoria es la principal fábrica del grupo en el Estado–.
Al mismo tiempo, decidió ajustar calendarios para unos 650 personas en fabricación y paralizar inversiones previstas para los próximos tres años por valor de 75 millones de euros.
Medidas "no traumáticas"
Según fuentes sindicales consultadas, 63 personas a día de hoy se han acogido a las diferentes medidas “no traumáticas” que se acordaron con la empresa: en concreto, explican, 31 trabajadores se han adherido a las bajas incentivadas, 9 han solicitado el traslado a otras plantas del Grupo y 23 se han acogido a jubilaciones parciales mediante contrato relevo.
Además, unos 40 empleados han sido trasladados –o van a serlo– por necesidades coyunturales del taller de rueda pequeña de Ingeniería Civil al taller de preparación de la actividad de Turismo y al taller de aros de la actividad de Refuerzos Metálicos.
Según explican las mencionadas fuentes sindicales, estas actividades vienen concentrando en los últimos meses el goteo de activaciones de turnos. Algunos de esta cuarentena de trabajadores se dedicarán asimismo a iniciativas de la factoría como el proyecto Entzun.
Final del ajuste
El plazo para sumarse a estas medidas fue ampliado en enero después de que se sumaran inicialmente al plan 45 trabajadores, cuando el objetivo de la empresa era los 150 mencionados. La empresa se comprometió al aprobarse el plan de bajas incentivadas a no proceder a ningún despido por causas productivas durante seis meses.
Distintos representantes del comité han explicado que la empresa ha dado por finalizado el tiempo para acogerse a estas medidas y mostraban su confianza en que se dé ya por cerrado el “excedente” de personal –un excedente que CGT recordaba que, a su juicio, “nunca se ha dado y cuyo único objetivo es meter miedo y aleccionar a la plantilla sobre las consecuencias de ejercer el derecho a la huelga”–.