No es fácil determinar el impacto que la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) tiene en la sociedad. Por ello, estudios como el que viene realizando anualmente, ya van ocho, la Fundación SERES de la mano de Deloitte, son imprescindibles para conocer la huella que sus aplicaciones con respecto a la RSE provocan en su entorno. Entre las principales novedades extraídas del informe, resalta que las acciones de RSE de las empresas españolas impactaron a 158 millones de beneficiarios en 2020, un 177% más que en 2019.
Las acciones de RSE de las empresas españolas impactaron a 158 millones de beneficiarios en 2020, un 177% más que en 2019
Este estudio ha arrojado resultados interesantes ya que se ha analizado en época de pandemia, momento crítico para muchas empresas y donde han visto la necesidad de aplicar prácticas responsables, justas, igualitarias y medioambientales. Estos resultados se han basado en el análisis de los ejes económicos, organizaciones, relacional, social y personal de un total de 71 empresas.
El impulso de la estrategia de RSE y la implementación de sus políticas tiene un impacto directo en las organizaciones y en las personas que las conforman. Esta octava edición pone de manifiesto que se mantiene la alta participación de trabajadores en el desarrollo de proyectos de RSE, llegando a 181.814 empleados, lo que supone el 12% de sus plantillas.
En cuanto a la sostenibilidad, ésta sigue permeando a lo largo de las organizaciones. En este sentido, el 87% dice alinear su estrategia de RSE con la empresarial, mientras que el 91% cuenta con un área específica de RSE y el 90% desarrolla medidas de conciliación laboral.
En esta misma línea, el 26% de las empresas cuenta con más del 30% de empleados involucrados en actividades de RSE y en el 14% de ellas llegan hasta siete de cada diez. Así, en 2020 más de 181.814 empleados de las empresas analizadas participaron activamente en programas de RSE.
Por otro lado, el aumento de la inversión total en proyectos de RSE pone de manifiesto cuatro tendencias principales. La primera es la aceleración que ha generado la pandemia, con 638 millones de euros en proyectos contra el Covid-19, un 45% de los proyectos dentro del sector de salud y bienestar y un 28% destinado al empleo y la integración laboral.
El compromiso de las organizaciones es otra conclusión del informe, con 20,9 millones de euros de inversión media en RSE por empresa, un 8% más que en 2019. La tracción del territorio (proyectos a nivel nacional e internacional) e importancia del impacto social en la cadena de suministro, son otras tendencias relevantes en el análisis del capital económico.
El informe de SERES y Deloitte resalta también que para contribuir a generar una cultura de responsabilidad social es importante que se visibilice la labor que se hace en materia de RSE.
La ejemplaridad y la transparencia son algunas de las claves que se mencionan para extender la cultura en una organización. En este sentido, el 100% de las empresas participantes realizan programas específicos de sensibilización y difusión de buenas prácticas.
La ejemplaridad y la transparencia son algunas de las claves que se mencionan para extender la cultura de la RSE en una organización
¿Cómo se miden realmente estos impactos?
Hoy en día, la medición del impacto de los programas de RSC se ha convertido en una necesidad en el seno de las empresas para analizar la aportación de valor de sus actuaciones sobre sus grupos de interés y promover el control y la mejora continua de los resultados de estos programas. La cuantificación se impone, así como un requerimiento tanto para la comunicación no financiera de las actividades de la organización, como para la evaluación y seguimiento de la gestión de su RSC.
Cierto es que medir o cuantificar el impacto de la Responsabilidad Social Empresarial en la sociedad no es una tarea fácil. Una de las formas más habituales para hacerlo es a través del aumento en nuevos clientes de una campaña centrada en RSE contra una campaña tradicional; los nuevos mensajes generados a través de las relaciones originadas; una prueba de mercado mixto… Estas son algunas variables orientativas, pero cada empresa aplicará una metodología específica para tal fin.