La afiliación a la Seguridad Social ha aumentado en Euskadi en 23.717 trabajadores en los últimos tres meses, lo que supone el mayor incremento registrado históricamente entre los meses de septiembre y noviembre. La fuerza laboral de la CAV ha quedado fijada en 976.838 cotizantes, por encima de la cifra de febrero de 2020, justo antes de la pandemia.
Los números todavía están relativamente lejos de los que se marcaron en la zona alta previa al covid (980.592 en diciembre de 2019) y, sobre todo, hay distancia con el máximo histórico: los casi 983.000 afiliados alcanzados en julio de 2008.
La crisis financiera, la recaída de 2011 y los efectos del coronavirus en la economía han frenado en los últimos 14 años los avances de contratación de las empresas vascas. Sin embargo, el dinamismo de los últimos meses alimentan las expectativas de recuperación en el mercado laboral. Todo apunta a que Euskadi podrá volver en breve a la carrera por alcanzar el millón de afiliados a la Seguridad Social, un reto que parecía al alcance de la mano antes de la crisis financiera de 2008 y que se reactiva en estos momentos.
Hay muchos factores que juegan a favor. El principal es el crecimiento de la economía previsto para los próximos meses. A pesar de que los problemas de suministro y la sexta ola del virus están marcando el ritmo de la actividad productiva, el Producto Interior Bruto mantendrá un gran dinamismo este año en Euskadi (cerca aunque previsiblemente por debajo del 6% a la espera de la revisión a la baja de la previsión) y el próximo (en principio en torno al 6,4%), que es hasta donde se aventuran las previsiones. Y 2023 también tiene apunta en buena dirección.
Si se tiene en cuenta que las economías avanzadas crean empleo a partir de un crecimiento del 2%, el margen para incrementar el número de afiliados a la Seguridad Social es amplio. Y si se analiza la otra cara de la moneda, el paro, la situación también invita al optimismo.
El paro La afiliación a la Seguridad Social está en estos momentos 3.686 trabajadores por encima de los niveles de febrero de 2020. Pero el paro inscrito en Lanbide se situó en noviembre en Euskadi 540 personas por encima del dato previo a la crisis.
El objetivo está muy cerca y en los últimos meses se ha acelerado la remontada. La lista vasca del paro se ha recortado en casi 4.500 personas entre septiembre y noviembre. El verano deja tradicionalmente un rastro de incremento del desempleo, que se corrige con el repunte de la contratación en el sector educativo con la apertura del curso. No obstante, no es habitual que el tramo que abarca septiembre, octubre y noviembre sea tan dinámico. De hecho, noviembre es tradicionalmente un mal mes para la reducción del paro. Pero este año, en comparación con un ciclo tan atípico como el de 2020, hasta el penúltimo mes del año ha tenido un comportamiento más que notable. En esta ocasión, el examen se ha superado con una nota muy alta.
Aunque el Gobierno vasco ha anunciado esta pasada semana su intención de corregir a la baja la previsión de crecimiento de la economía este año, la variable del empleo se mueve en otra dimensión porque las empresas necesitan personal para afrontar la consolidación de la recuperación de sus ritmos de producción particulares y la economía en general. En principio, el Departamento de Economía y Hacienda calcula un repunte del 5,1% para 2021 y el 3,3% para 2022. Estas tasas se traducen en una creación de aproximadamente 44.000 empleos en 2021 y en torno a 31.000 empleos en 2022.
Si se cumplen esas estimaciones, Euskadi terminaría el próximo año muy cerca del millón de afiliados a la seguridad social. Un nivel que hace 13 años era el objetivo y que tres crisis y una pandemia después vuelve a estar en el punto de mira de la economía vasca.