- Los precios de consumo han seguido su escalada en julio con una tasa anual del IPC del 2,9%, dos décimas más que en junio y la más alta desde febrero de 2017, cuando fue del 3%, en un contexto de incremento de los costes energéticos. Según el indicador adelantado ayer por el INE en este incremento de la inflación ha influido el comportamiento de los servicios de alojamiento y el gas, cuyos precios aumentan este mes frente a las bajadas del año pasado.
También suben los alimentos y bebidas no alcohólicas, que disminuyeron más en julio de 2020 que este mes. En sentido contrario, está la bajada de los precios de la electricidad, frente al aumento registrado en julio del año pasado. Desde el Gobierno, el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, señaló que la inflación se está “siguiendo muy de cerca” y que el dato de julio tiene de nuevo con ver con el efecto base del año pasado, muy marcado por las consecuencias de la pandemia, y el aumento de los precios de la energía y materias. “Es un repunte temporal que seguimos con mucha atención”, defendió.
Los precios comenzaron en marzo una senda de incrementos en tasa anual en un contexto de subidas de los costes energéticos y de un repunte de la demanda por la recuperación tras los meses más duros de la pandemia. Así, tras una tasa del 1,3% en marzo, el IPC subió al 2,2% en abril y al 2,7 % en mayo, nivel que se mantuvo en junio. En tasa mensual, en julio bajaron el 0,7%.