vitoria - El Gobierno Vasco ha aprobado la nueva estrategia energética 2030, que tiene como objetivo principal reducir el consumo energético global un 17% en quince años. El plan elaborado por Lakua contempla actuaciones en el ámbito industrial, en el transporte, en los hogares y también por parte de la propia administración. La mayor parte de la inversión, cerca de 5.000 millones de euros, está enfocada en investigar y potenciar la producción de energía renovable, que se va a duplicar en la próxima década y media.
La consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, presentó ayer junto al portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, la nueva Estrategia Energética de Euskadi 2030, que viene a reemplazar al plan diseñado hasta 2020. Según explicó el Gobierno Vasco, era necesario reorientar la estrategia en materia energética ante los cambios que se vienen produciendo en el sector los últimos años. Así, el Ejecutivo ha diseñado, previa consulta con las instituciones y agentes afectados, una nueva estrategia para los próximos quince años que tiene como gran objetivo garantizar los recursos energéticos que necesita Euskadi reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y acelerando el tránsito hacia las renovables.
En ese camino, el gas natural será la “energía de transición”, si bien la consejera Tapia dejó claro ayer que se renuncia a obtener gas por medio de técnicas no convencionales como el fracking, aunque sí se harán exploraciones y extracciones mediante métodos convencionales. “Euskadi debe progresar y mejorar su política de ahorro y eficiencia energética iniciada hace 35 años, y cuyos resultados han permitido reducir los niveles de intensidad del consumo energético de forma importante, si bien deben intensificarse los esfuerzos en los sectores más difusos como edificios y transporte”, indica el Ejecutivo en el documento en el que se resume la nueva estrategia.
Además, el Gobierno explica que, tras reducir la dependencia del petróleo en los sectores consumidores tradicionales como industria, edificios y generación eléctrica, hace falta un “decidido” cambio estructural en el sistema de transporte. “Y a largo plazo será necesaria la desvinculación total de los combustibles fósiles y emisiones cero de gases de efecto invernadero, con las energías renovables como principal fuente de suministro”, indica Lakua.
El objetivo para los próximos quince años es reducir el consumo energético total en Euskadi un 17%, lo que se conseguiría mejorando en un 33% la intensidad del consumo energético, explicó Tapia. Se potenciará el uso de las energías renovables, de forma que está previsto que la producción de energía limpia se incremente un 126% hasta 2030, es decir, más del doble respecto al nivel actual. Así, la cuota de renovables en consumo final se elevaría al 21% -en el caso de la administración pública y del transporte por carretera el peso de las renovables será del 25%-. En el lado contrario, se pretende reducir el consumo de derivados del petróleo un 18% respecto a 2015.
Entre los objetivos del Gobierno Vasco figuran “lograr un sistema social y económico que requiera menos energía, fomentando el ahorro y la eficiencia energética”, y también “consumir más energías renovables en sustitución de las energías fósiles, preparando un futuro a largo plazo en el que las energías renovables serán las únicas disponibles”. El impulso a la energía limpia traerá una reducción de las emisiones de CO2 y ayudará a la mitigación del cambio climático, explicó Tapia.
beneficio en la industria La hoja de ruta diseñada hasta 2030 incluye un impacto positivo sobre la industria, por un lado al reducir la factura eléctrica de las fábricas vascas y, por otro, por el efecto tractor que tendrá sobre el sector el desarrollo de las renovables. Como señalan desde Lakua, una parte muy importante de los 4.930 millones de euros que se movilizarán en los próximos quince años -sumando la inversión de la administración y la del sector privado- se dedicará a la investigación e implantación de nuevos sistemas de generación de energía limpia, como los que ya hay instalados en distintos lugares de la costa vasca para aprovechar la fuerza de las olas y de las mareas.
Se busca contribuir a la “especialización inteligente” de Euskadi y convertir el sector en “fuente de riqueza, empleo y calidad de vida”. Para ello, “se pretende afianzar a las empresas vascas como referentes tecnológicos y desarrollar actividades empresariales en ámbitos energéticos emergentes y en tecnologías transversales”.
Menos consumo. Uno de los objetivos de la Estrategia Energética de Euskadi aprobada ayer por Lakua es reducir hasta un 17% el consumo energético mejorando el aprovechamiento de la misma.
Más renovables. Se prevén impulsar las energías limpias, produciendo un 126% más en 2030 respecto al nivel actual. Para ello se producirá una fuerte inversión en proyectos de investigación y desarrollo de energías limpias como todas las relacionadas con las olas y las mareas.
Menos petróleo. Se pretende reducir en 2030 un 18% el consumo de derivados del petróleo respecto a 2015, contribuyendo a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.