vitoria. La tensión laboral en Álava no amaina y la tan ansiada paz social que persiguen sus empresas se antoja un deseo, al menos hoy por hoy, imposible. El distanciamiento entre patronal y sindicatos parece insalvable y al tedioso caso de Laminaciones Arregui, que cumple su quinto mes en huelga general, se une ahora el de Guardian, que ayer cumplió el segundo de los tres días de paro general convocados en su planta de Llodio como respuesta al convenio colectivo que ofrece la dirección (incrementos salariales equivalentes al IPC para los próximos tres años). Si la primera jornada, que coincidió con el 25-S, se desarrollo con aparente normalidad, a pesar de que la producción se tuvo que destruir, la de ayer se saldó con algunos incidentes a primera hora de la mañana, según denunció la dirección a través de una nota: "Los piquetes reunidos en torno a la factoría alavesa han impedido entrar a la fábrica a los operarios que querían acudir a su trabajo", lamentó la compañía, que criticó abiertamente al comité de empresa por "no haber sido capaz de convencer a toda la plantilla para que secunde los paros", optando después por el uso de la fuerza o la amenaza a todo aquel que pretendía trabajar. Además, la dirección afirmó que los piquetes estuvieron dirigidos por personas ajenas a Guardian.

situación grave En ese contexto, añadieron fuentes de la empresa, la producción de la planta se encuentra paralizada, un hecho que "agrava la ya delicada situación" en la que se encuentra la compañía debido a la falta de demanda en los mercados de construcción, automóvil y energía solar. La dirección insistió en que las peticiones del comité "no se ajustan a la actual coyuntura, con la exigencia de subidas salariales por encima del IPC y la reducción de la jornada laboral".