La demanda de préstamos volvió a crecer entre julio y septiembre en el Estado y encadena dos trimestres consecutivos de subidas, un dato que refleja la estabilidad del entorno financiero y el comportamiento de las entidades bancarias en un momento de baja incertidumbre económica.
Según los datos de la última Encuesta de Préstamos Bancarios realizada por el Banco de España, este repunte moderado se ha producido en todos los segmentos de crédito, desde las hipotecas hasta los préstamos al consumo y la financiación empresarial.
Impacto de los tipos de interés
Un factor que explica este aumento de la demanda de créditos es el estado actual de los tipos de interés, en línea descendente. El Banco Central Europeo (BCE) decidió bajar los tipos durante el tercer trimestre de 2024, lo que ha permitido a las entidades financieras ofrecer condiciones más favorables. Este panorama ha incentivado a las familias y a las empresas a aprovechar estas oportunidades de financiación, acelerando el ritmo de solicitudes de crédito en todos los segmentos.
En el caso de las empresas, además de beneficiarse de los bajos tipos de interés, la creciente demanda de crédito también ha sido impulsada por la necesidad de financiar inversiones en activos fijos, así como la reposición de inventarios y la gestión de capital circulante. Muchas compañías han optado por recurrir al crédito para consolidar sus posiciones en el mercado, aprovechando la estabilidad económica y el favorable entorno de financiación.
En el ámbito de las familias, el crédito para la compra de viviendas ha experimentado un notable impulso debido a la confianza de los consumidores y a las mejores condiciones crediticias ofrecidas por los bancos. La combinación de tasas de interés más bajas y una mayor seguridad en el empleo ha llevado a muchos hogares a lanzarse a la adquisición de propiedades. Asimismo, el crédito al consumo, aunque con criterios más estrictos, también ha visto un aumento moderado, impulsado por la demanda de bienes de consumo duradero, como automóviles y electrodomésticos.
Condiciones de financiación
A lo largo de 2024, los bancos han mantenido estables los criterios de concesión de préstamos en la mayoría de los sectores, pero con algunas variaciones dependiendo del tipo de préstamo. En el segmento de los préstamos hipotecarios, las entidades financieras han optado por relajar sus condiciones de acceso, reduciendo los tipos de interés y estrechando los márgenes ordinarios. Este fenómeno se explica en parte por una mayor competencia entre los bancos y la necesidad de captar nuevos clientes en un mercado inmobiliario en crecimiento.
Por otro lado, en el segmento de los préstamos al consumo, las entidades han mostrado una actitud más cautelosa, endureciendo ligeramente los requisitos para acceder a este tipo de crédito. La razón detrás de este ajuste parece ser una menor tolerancia al riesgo por parte de algunos bancos, que buscan protegerse de posibles incumplimientos, dado que el crédito al consumo, especialmente en bienes duraderos, suele estar más expuesto a la volatilidad de la economía familiar.
Este contraste entre la relajación de las condiciones para hipotecas y el endurecimiento, aunque leve, de los préstamos al consumo responde a dinámicas internas de las entidades financieras, que ajustan su política crediticia según las características del mercado y las necesidades específicas de cada segmento.
En términos generales, las condiciones de acceso a la financiación por parte de los bancos también han influido en la relajación de las condiciones de crédito. Durante el tercer trimestre de 2024, los bancos españoles han reportado una ligera mejoría en sus condiciones de acceso a los mercados mayoristas de financiación, especialmente en el mercado monetario y en el de valores de renta fija a largo plazo. Estas mejoras han permitido a las entidades financieras ofrecer productos crediticios más competitivos, lo que ha contribuido a estimular la demanda de préstamos.
No obstante, en los mercados minoristas, el acceso a los depósitos a largo plazo se ha deteriorado ligeramente, lo que ha planteado un desafío para algunas entidades en términos de captación de fondos. A pesar de este pequeño contratiempo, los bancos anticipan una ligera mejoría en las condiciones de acceso a los mercados durante el cuarto trimestre de 2024, lo que podría mantener el flujo de crédito estable o incluso aumentarlo en ciertos sectores.
Optimismo moderado
De cara al cuarto trimestre de 2024, las expectativas de las entidades bancarias son positivas, aunque moderadas. Se espera que los criterios de concesión de crédito se mantengan estables tanto para la financiación empresarial como para las hipotecas, mientras que se prevé una ligera flexibilización en los préstamos al consumo, lo que podría traducirse en un repunte en este segmento. A pesar de los desafíos que plantea la gestión del riesgo, los bancos confían en que el entorno de tipos de interés bajos continuará favoreciendo la demanda de préstamos.
En cuanto a la demanda, las entidades prevén que seguirá creciendo en todos los segmentos, aunque a un ritmo más lento. Las empresas seguirán necesitando financiación para mantener su expansión y mejorar su liquidez, mientras que las familias, impulsadas por la confianza en la economía y las condiciones crediticias favorables, mantendrán el ritmo de solicitudes, tanto para hipotecas como para préstamos al consumo.
Los bancos prevén que las decisiones del BCE seguirán influyendo en su rentabilidad, aunque con un impacto moderado. Además, anticipan una disminución de los ingresos netos por intereses, pero esperan compensar esta caída con un incremento en el volumen de crédito concedido.
Política monetaria del BCE
Impacto en la banca
La gestión de la cartera de activos del BCE, junto con sus decisiones sobre los tipos de interés oficiales, ha influido en la rentabilidad de los bancos y en su capacidad para ofrecer crédito en 2024.
Durante los últimos seis meses, la política monetaria del BCE ha tenido un impacto mixto en los bancos españoles. Por un lado, ha contribuido a una reducción de la liquidez de las entidades, pero, al mismo tiempo, ha permitido un incremento moderado de su rentabilidad y del capital propio. Este balance ha permitido a las entidades bancarias mantener una política crediticia estable y seguir ofreciendo préstamos, aunque con márgenes más ajustados.