Los supermercados están empezando a tomar medidas para paliar el efecto de la alta inflación en la cesta de la compra. El IPC ya se ha situado en el 6%, pero con el precio de los alimentos disparado hasta alcanzar en febrero un aumento del 16,6%, un porcentaje nunca visto y que supone encadenar cinco meses consecutivos por encima del 15%.

Las medidas del Gobierno se revelan como insuficientes y el hastío entre los consumidores no para de crecer. Y las cadenas de supermercados dan tímidos avances, aunque no soluciones a los altos precios.

La primera cadena en lanzar una cesta de productos básicos a precio más bajo fue Carrefour. Esta semana ha sido Eroski la que ha impulsado su Cesta que enamora con un millar de productos básicos a precios muy competitivos.

A esta tendencia de se ha sumado la cadena alemana de supermercados Lidl acaba de lanzar la bautizada como Bolsa antidesperdicio a un precio único de tres euros. Esta bolsa contiene una variedad de verduras, hortalizas y frutas perfectamente aptas para el consumo, aunque que no cumplen con los estándares estéticos considerados adecuados para la venta al público.

Es decir son piezas no tan atractivas visualmente, con ligerísimas imperfecciones que desechamos en los lineales de los supermercados para decidirnos por las que están a su lado y que, por el mismo precio, ofrecen un aspecto más limpio y atractivo.

Estas frutas y verduras suelen tener algún desperfecto físico en su apariencia y, tradicionalmente, los grandes distribuidores y comerciantes descartan colocar en las estanterías o vitrinas para evitar el rechazo del consumidor. Esta práctica es habitual en las grandes superficies y genera que toneladas de alimentos no tienen más defectos que los meramente estéticos o mínimos daños acaben sin más en la basura. Todo ello sin que suponga una pérdida de su salubridad sanitaria o su calidad nutricional.

Lidl, con esta medida, logra evitar que miles de kilos de alimentos perfectamente consumibles se tiren a la basura y, además, ofrece a sus clientes una solución para aliviar el alto costo de la cesta de la compra al adquirir alimentos de primera necesidad, como son las frutas y verduras frescas a precios mucho más baratos.

Ecología y ahorro se suman en esta iniciativa que Lidl ha testado varias semanas en 30 tiendas de Canarias y que ha decidio implantar en toda España tras dar salida en las islas a más de 20 toneladas de productos que hubieran terminado en la basura.

La Bolsa antidesperdicio está fabricada en cartón reciclado y reciclable, y contiene un número indeterminado de frutas, verduras y hortalizas frescas en diferentes variedades, según el centro y el día. Estará claramente visible en los establecimientos que apliquen esta innovadora medida.

Todos los productos son aptos para el consumo sin riesgo sanitario, aunque puedan haber sufrido algún pequeño desperfecto sin afectar a su calidad.

Además, Lidl saca a la venta los productos de panadería sobrantes del día anterior al 50 % de descuento o una rebaja adicional en el último día de caducidad de los alimentos frescos de nevera, como carnes, lácteos o pescados.