La extremeña Loida Zabala es un ejemplo de superación. En mayúsculas. En París, en el imponente escenario del Porte de la Chapelle Arene, volvió a sonreír solo once meses después de que su vida diera un giro de 360 grados y se fundiera a negro por una palabra temida: cáncer.

En noviembre de 2023, Loida Zabala (Losar de la Vera, 1987) anunció a través de sus redes sociales que la habían detectado nueve masas en el cerebro que más tarde los médicos confirmaron su origen en una metástasis derivada de un cáncer de pulmón. Además, metástasis en cerebro, hígado y riñón.

El camino desde entonces, en estos meses, no ha sido fácil por la enfermedad. Recuperarse físicamente ha sido su prioridad, con varias recaídas de por medio, porque anímicamente el sueño de París es la que la ha mantenido a flote.

Esa "vida extra" de la que habla continuamente Loida es la que la ha llevado hasta París. Desde que fue diagnosticada del cáncer esa ha sido su ilusión, su motivación y su tabla de flote, su salvavidas. Siempre apoyada por su incondicional Oscar Sánchez, su entrenador.

"Recuerdo cuando estaba en el hospital, después de que le dieran una noticia así, que ella solo estaba obsesionada en entrenar y lo único que pensaba era en París. Eso te impacta mucho y dice mucho de lo que significa para ella este deporte", declara su técnico.

La medalla de París

El camino hasta París no ha sido fácil. Estuvo clasificada hasta junio, pero unos movimientos de categorías de otras deportistas provocó que bajara en el ránking. La Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad Física, de la que depende, junto con el Comité Paralímpico Español, buscaron la fórmula para conseguir una invitación que era merecida y justa.

"No tengo nada en el riñón y en el cerebro. De nueve tumores, sólo me quedan dos residuos. Siempre he tenido la ilusión de recuperarme, pero con el paso del tiempo me dí cuenta que no. Es un tipo sin cura y ya sé que los tratamientos que sigo son para alargar la vida el máximo que se pueda", confesó la extremeña antes de partir a París.

En la ciudad francesa, las últimas horas antes de competir tampoco fueron fáciles. Para dar el peso, -50 kilos, y poder competir, se sometió a un tratamiento de sauna y estuvo muchas horas sin beber para no ganar ni un gramo. Finalmente pudo salir a la pista y sentir el aliento de la grada, especialmente de la gente que la quiere. Su madre, su hermano, su pareja y sus amigos.

"Llegar a París ha sido cumplir un sueño imposible cuando me detectaron un cáncer terminal para unos años. Me centré en mi vida y en poner todas mis fuerzas en eso. Tenía miedo de no venir", declaró, entre lágrimas, al término de la competición, en la que hizo tres levantamientos válidos de 60, 70 y 75 kilos. Noveno puesto, aunque la posición era lo de menos. "Solo estar aquí y competir ha sido como una medalla".

Lo que está claro es que este 5 de septiembre de 2024 no lo olvidará nunca Loida, participante en cinco Juegos Paralímpicos y poseedora de cuatro diplomas en Pekín 2008, Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020.

Inspiración para la sociedad

Su figura es inspiradora aunque ella lo niegue, no solo por sus resultados deportivos. No todo el mundo es capaz de encontrar fuerzas de flaqueza y recomponerse de tantos golpes de la vida.

El primero de ellos fue a los once años, cuando sus piernas dejaron de funcionar a causa de una mielitis transversa que la dejó en la cama de un hospital durante meses. Fue entonces cuando la silla de ruedas se convirtió en una 'amiga' inseparable, el motor de sus pasos.

Más tarde, su participación en Londres 2012 corrió peligro debido a la lesión que su pareja de entonces le provocó en un brazo. Logró recuperarse, denunció el episodio sufrido y no tuvo reparos en contarlo para mandar un mensaje al mundo de que hay cosas que no se pueden tolerar.

El último revés ha sido la enfermedad, sin cura, pero que debido a su enorme fuerza de voluntad y capacidad de superación está sabiendo hacer frente con una entereza inusual. Digna de elogio.

En febrero de este 2024 volvió a la competición y se proclamó campeona de España de 50 kilos por decimonovena ocasión consecutiva. Un mes después volvió a competir a nivel internacional con un noveno puesto en la Copa del Mundo de Egipto y, en mayo, dos días después de una sesión de neurocirugía, volvió a batir el récord de España. Las consecuencias llegaron después con las secuelas a tanto esfuerzo.

Palmarés de récord

Más allá de los Juegos Paralímpicos, Loida Zabala ha sido diecinueve años consecutivos campeona absoluta de España y cuenta en su palmarés con varios títulos internacionales: campeona de Europa de Tiflis (Georgia) 2022, campeona de los Open de Rabat 2009 y Tesalónica 2012, un cuarto puesto en el Campeonato del Mundo de Dubai de 2014, campeona en las Copas del Mundo de Eger (Hungría) 2017 y Tokio (Japón) 2019 y campeona de los Open de las Américas de México 2015 y Bogotá (Colombia) 2018, entre otros logros.

Su vida ahora la marcará la enfermedad, aunque sus ilusiones y sueños van por otro carril. "Quiero ser campeona de Europa en dos años, recuperar el estado de forma y sobrevivir hasta Los Ángeles 2028".

"No quiero parar. Cuando haces lo que te apasiona no hay vacaciones", concluye.