En el podio, de rosa, el color más deseado del Giro, a Remco Evenepoel la sonrisa le salía con fórceps. Había vencido la etapa y el liderato era suyo de nuevo, como el primer día, pero Evenepoel, atormentado, tenía el aspecto de El caballero de la mano en el pecho. Su rostro le delataba. Apesadumbrado y ojeroso, parecía un retrato de El Greco. Hay victorias que no lo son, por amargas, escasas y preocupantes.

El triunfo del belga tuvo el barniz oscuro de la derrota. Como la de Evenepoel, que cuando el reloj le dio vencedor de la crono de 35 kilómetros en Cesena por un solo segundo sobre Geraint Thomas, dos sobre Tao Geoghegan y 17 respecto a Primoz Roglic, le retrató el gesto torcido. Mala cara.

El lenguaje corporal, dicen, no miente porque es incontrolable. En el interrogatorio de la contrarreloj, los tics de la zozobra delataron al belga, que se creía todopoderoso en el juicio sumarísimo de las manecillas y venció por un suspiro al sabio Thomas y al pujante Tao, que marcaron tiempos gemelos.

Además, Roglic, al que había astillado en el primer registro con 31 segundos de renta, se recompuso. El esloveno, una roca, mentalidad de campeón, le afeitó 14 segundos y finalmente, el belga solo le colocó 17 en la mochila. Las ganancias de Evenepoel fueron escasas.

Presión para Evenepoel

El bagaje para el belga fue pobre, pírrico, en comparación a los dividendos obtenidos el primer día en el que todos se examinaron. Es el nuevo líder del Giro tras el préstamo a Leknessund, que se fajó con determinación y orgullo, pero atravesada la primera semana de carrera, con dos cronos que suman más de 55 kilómetros, el botín obtenido por Evenepoel no es el esperado. Thomas le rastrea a 45 segundos, Roglic, a 47, Tao a 50 y Almeida a 1:07. Crece la presión sobre el belga cuando resta el nudo gordiano del Giro, sus colosos.

En el regreso de Evenepoel al rosa, se enlutó el belga. Las dudas acechan al campeón del mundo, muy lejos de lo que se suponía después de la crono inaugural cuando destruyó a sus rivales. Los adivinos calculaban que a ese ritmo el belga finalizaría la semana sobre un montón de segundos, nadando en la abundancia, a modo del tío Gilito.

Paso adelante de Thomas y Tao

Tachado el Gran Sasso, en el que mandó la tregua, a Evenepoel se le observó vulnerable en cuanto le probó Roglic la víspera de la crono. Evenepoel ha pasado del trono al diván. La incertidumbre rige el destino del Giro de Evenepoel, más elocuente frente al micrófono que en la carretera.

El belga va perdiendo la voz a medida que ganan fuerza el altavoz del Ineos, con Thomas y Geoghegan, la seriedad de Roglic, y la serenidad de Almeida y Vlasov. Todos acechan al belga de los prodigios.

El Giro se desperezó con una crono una semana atrás y el juicio sumarísimo de las manecillas regresó a la Corsa rosa. El poder seductor del reloj embaucó a Evenepoel para que se acercara a Italia. Ese fue el señuelo que empleó la organización para enganchar al campeón del mundo. Las cronos son pura vida para Evenepoel, su tanque de oxígeno.

La segunda crono del Giro, la más larga, 35 kilómetros planos como un folio, llegó a Cesena. Pantani, uno de los mejores escaladores de la historia, nació en la región, en Cesenatico. La paradoja. La carretera recordaba al Pirata, que nunca se ha ido del imaginario colectivo. Su figura permanece. Pertenece al pueblo.

En el asfalto, empapado, había pintadas para el recuerdo de un hombre que falleció solo, entre drogas, el 14 de febrero, día de los enamorados en el hotel Le Rose de Rimini. Tenía 34 años. Al Giro le gusta recordar a los suyos, que no caigan en el olvido.

Evenepoel, de más a menos

Llovía. El reloj nunca miente. Tampoco el espejo que era el asfalto. Saca las arrugas, el cabreo, las risas y el llanto. No hay mejor radiografía. Es inmediata su sentencia y afecta al estado de ánimo.

Aunque el día era triste, Roglic acudió a la rampa con la moral reconfortada tras la víspera. Esa misma sensación recorría a Tao y Thomas, que raparon 14 segundos a Evenepoel, el hombre que fustigó a todos con saña en la crono inaugural.

El belga, abrazado por su bandera, campeón de la especialidad, se asentó en el sillín y miró al frente para deglutir a sus rivales. La idea era reconciliarse consigo mismo después de padecer en un puerto corto pero hosco. Evenepoel quería volver a ser el depredador y no la presa. Afiló el colmillo. Dispuesto a morder.

El belga mordió el crono en el primer contacto. Rebajó en 11 segundos el registro de Thomas, y en 31 el de Roglic, que no lograba encontrar su mejor versión. Tampoco Almeida, en el mismo fotograma que el esloveno. Geoghegan se dejó 14 y Vlasov, 24. Leknessund, el líder, no contaba. Su Giro era otro. En el que mira hacia Roma, Evenepoel parecía cuadrarse. Fue un espejismo.

Geraint Thomas completó una estupenda crono. Afp

El belga siguió mandando, pero se iba encogiendo, arrugando a medida que el kilometraje ganaba volumen. Thomas y Tao, de la mano, celebraban una actuación estupenda. Firmes, sólidos, en la mejor tradición del Ineos, configuraban los mejores tiempos. Roglic, que en el primer párrafo se desvió 31 segundos, fue recomponiendo su estatus. El esloveno, al alza. Evenepoel no conseguía elevar el tono del acto inicial.

Repunte de Roglic

En el segundo trecho de la crono de su ventaja fue languideciendo a modo de las hojas que abandonan los árboles que fueron exuberantes en otoño. El jovial y primaveral belga observaba como su imperio de segundos cedía.

Thomas y Geoghegan, magníficos, mantuvieron la intensidad de punta a punta, sin oscilaciones. Roglic continuaba mejorando. Se parecía más al campeón olímpico que fue.

En ese escenario, la crono se fue apretando. Un puño. Tao marcó el mejor registro en meta. Thomas lo rebajó por un segundo. Roglic no perdía tanto y dejó en la mitad la ventaja que Evenepoel obtuvo en el despertar.

El belga se quedó con la crono por un segundo y recuperó el rosa. Cuando supo que su victoria apenas le había concedido réditos, le invadió la preocupación. Al belga le embargó la tristeza. El sabor del triunfo más amargo.

Giro de Italia

Novena etapa

1. Remco Evenepoel (Soudal) 41:24

2. Geraint Thomas (Ineos) a 1’’

3. Tao Geoghegan (Ineos) a 2’’

4. Stefan Küng (Groupama) a 4’’

6. Primoz Roglic (Jumbo) a 17’’


General

1. Remco Evenepoel (Soudal) 34h33:42

2. Geraint Thomas (Ineos) a 45’’

3. Primoz Roglic (Jumbo) a 47’’

4. Tao Geoghegan (Ineos) a 50’’

5. Joao Almeida (UAE) a 1:07