Agarrar, cortar y desgarrar. El gran tiburón blanco. Depredador. Dentellada letal con una fuerza trescientas veces superior a la del ser humano. Infierno azul en el Labrit de Iruñea para Jon Ander Peña y Jon Mariezkurrena, en su cuarta final consecutiva del Torneo de San Fermín. Crujen sus estómagos. Balada de colmillo y terciopelo para Peio Etxeberria y José Javier Zabaleta, que levantan su segundo cetro después del conquistado en 2021.
Los de Aspe, empresa que acumulaba malos números en los duelos directos con Baiko Pilota (15-4) pero que ganó el decisivo, el de este lunes, la final, aplicaron el rodillo. Fue su mejor partido como pareja durante la feria iruindarra. Zabaleta acabó con números escandalosos –seis tantos y apenas un error–, mas la realidad es que fue Peio Etxeberria con su ritmo endiablado el que cambió el decorado del cruce. Como hizo en los dos encuentros anteriores, su capacidad de sacrificio, el enredo con la volea y la permanente sensación de aliento en la nuca acabaron siendo un cepo para los rivales. Hambre lobuna. Mirada de escualo. Olor a sangre. Agarrar, cortar y desgarrar. No hay prisioneros.
Golpe en el tablero de Peio Etxeberria
Peio Etxeberria obró la revolución y se marchó del Labrit con el título del torneo iruindarra y el de mejor pelotari. Golpe en el tablero. El de Zenotz y Jon Ander Peña, campeón del Cuatro y Medio y finalista este lunes por parejas, los máximos protagonistas de la feria, empezarán el fin de semana las hostilidades del Masters CaixaBank en la segunda categoría por decisión empresarial.
Zabaleta apareció en una versión diésel. Le costó ponerse a la velocidad. Incómodo, se vio abrumado por el caballaje de los representantes de Baiko Pilota. Un error de entendimiento de los campeones del Parejas de 2024 abrió la final. Mal asunto. Ganó confianza el pegador de Etxarren con el paso de los tantos. Le benefició una escapada de suerte que inició la voltereta al 2-0 de la apertura. José Javier se echó las dos manos a la cabeza, desesperado.
La derecha de Zabaleta
Dos errores colorados trocaron el decorado. Peio puso el 2-4 con un saque. A pesar de que luego erró un remate el de Ultzama y el tanto subió para los de Baiko Pilota, Zabaleta dio su primer gran derechazo. Bomba de relojería. Que viene, que viene. Y vino.
Y Mariezkurrena se hundió. No tuvo su día. Tampoco Peña, inédito en el remate hasta el 7-16.
Sin emoción
Peio, carnívoro, cogió el timón de la final y se expresó a toda velocidad. Verbo fluido. Voleas, cortadas, ganchos, para imponer el rock and roll de su propuesta, siempre arrebatada, siempre indescifrable; no tanto por el catálogo en los cuadros alegres –este lunes estuvo espumoso–, sino por la presión que mete al rival. Movió a Mariezkurrena y trabajó para Zabaleta, que aprovechó las pelotas buenas para tomar la medida a la final. Los de Aspe tenían una velocidad más. Del 4 iguales al 4-13. No hubo reacción colorada. Apenas estertores y maquillaje. Todo el pescado vendido. En 367 pelotazos se ahogó la emoción.
En el duelo de bombarderos, el 5-15 y el 5-16 fueron dos derechazos terribles de Zabaleta. En el 6-16 Mariezkurrena II tiró una bonita cortada al ancho. José Javier selló una preciosa dejada con el 8-20.
Peio Etxeberria y Zabaleta pasan de tener el agua al cuello en el 17-8 en contra ante Ezkurdia-Martija del primer partido a lo más alto del cajón. Del averno al firmamento.
