En 2019, Salma Solaun sumó su primera medalla de bronce en un Mundial. En esa ocasión se trató de una conquista a nivel individual en categoría júnior con 14 años. El pasado verano, ya con 17, añadió otras tres preseas de este color, esta vez en senior por conjuntos, en cinco aros, completo por equipos y completo por conjuntos, a las que hay que añadir el bronce en el all around –clasificación general– y la plata en cinco aros logradas en la cita mundialista de hace 8 días en Valencia.

El año pasado en el Campeonato del Mundo de Bulgaria no estaban entre las favoritas y se llevaron el bronce. ¿Esta vez, el tercer puesto en el ‘all around’ (clasificación general) y la plata en cinco aros, quizá no ha sido tanta sorpresa? 

–El año pasado sí que fue totalmente inesperado. Para mí se trataba de mi primer Mundial con el conjunto, no sabía cómo iba a ser y sí que ese tercer puesto y el billete para los Juegos fue una sorpresa. Pero bueno, este año sí que también estaba bastante complicado obtener un puesto de podio en el all around porque se notaba que los países se estaban jugando la clasificación para los Juegos y vinieron mucho más fuertes.

 Y, ¿cómo afrontaron la competición? 

–Queríamos hacer nuestro trabajo sin pensar en las demás. Salimos el viernes con la idea de hacer bien los dos ejercicios y esperar después a ver lo que hacía el resto. Nosotras acabamos muy satisfechas con nuestro trabajo, pero debíamos esperar, ya que había países muy fuertes y sabíamos que estaríamos arriba, pero no sé si tanto como para acabar en el podio.

¿El estar entre las candidatas y aparecer en muchos de los pronósticos al podio, hace que la medalla se disfrute un poco menos o eso da igual?

–Si es inesperada se disfruta un poco más. Pero bueno, conseguir una medalla siempre te hace mucha ilusión ya que hacerlo en un Mundial es algo muy, muy importante.

Salma Solaun, en el suelo, junto a sus compañeras, durante el ejercicio de aro durante la final del Mundial Juan Carlos Cárdenas

El hecho de competir en casa y con un público tan entregado como el que tuvieron en Valencia, seguro que lo hizo todo mucho más especial... 

–Sí, sí. A ver, nos hablaron de que íbamos a tener la presión de competir en casa, pero fue todo lo contrario. Para mí todo ese ánimo del público y ver cómo se ha volcado me ayudó un montón a afrontar el ejercicio con muchísima más fuerza. Te animaban a seguir arriba, a no desfallecer... Se ha notado un montón. Este Mundial ha sido muy bonito y ha estado organizado a la perfección. La verdad es que el hecho de disfrutar de una competición en casa ha sido especial y la experiencia ha sido increíble.

¿Qué sintieron al ver esa tremenda ovación con un pabellón rendido a sus pies? ¿Habían visto algo parecido en alguna otra ocasión?

–No, no. Solo habíamos competido así en España el año pasado en la World Challenge Cup de Pamplona, pero no había toda esa gente que había en Valencia. Nunca habíamos vivido algo parecido. Ya nos habían avisado de que iba a ser una de las mejores experiencias que íbamos a vivir y así ha sido. Ahora que ha acabado, te da un poco de pena, ya que ha sido una experiencia única, que probablemente nunca más vayamos a volver a vivir.

¿Tanto le impresionó?

–Sí. Ver a toda nuestra afición volcada, no solo con nosotras, sino con todas las gimnastas, fue algo espectacular y muy bonito. Cuando terminas el ejercicio y ves que tanta gente está ahí animándote y apoyándote, es algo que te llena de orgullo. Notamos un montón el apoyo de la gente. Es algo que nos ayuda mucho y no sabes cómo hacerles llegar ese agradecimiento.  

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Salma Solaun, gimnasta gasteiztarra Jorge Muñoz

No sé si habrá visto la retransmisión que hizo la periodista Paloma del Río, pero se la vio emocionada. ¿Son conscientes de que con su ejercicio del viernes llegaron a tocar la fibra, no solo a muchos aficionados, sino a grandes especialistas también?

–Cuando nos cuentan esto es algo que nos hace mucha ilusión. Nosotras buscamos transmitir una historia. La gimnasia rítmica va más allá del deporte y al igual que nosotras nos emocionamos al ver otros ejercicios y a otras gimnastas, ver que otras personas se emocionan con tus ejercicios es algo muy, muy bonito, que nos llena de orgullo. 

En el tapiz se les ve felices, disfrutando y derrochan alegría. ¿Es parte de la imagen que tienen dar en el ejercicio o realmente es así? 

–Es así. Yo lo he disfrutado un montón y al final es lo importante de todo esto. Aunque, en parte, durante muchos momentos sea duro, nosotras hacemos esto por que nos gusta y lo importante es salir al tapiz a disfrutar. Al final, con lo que te vas a quedar es con esa experiencia, mucho más allá de las medallas y los resultados. Los resultados son muy importantes, pero en un futuro te vas a acordar de todas esas vivencias. Nosotras lo estuvimos repitiendo durante toda la semana, que debíamos disfrutarlo al máximo porque cuando nos queramos dar cuenta ya habrá acabado todo. Lo hemos disfrutado y además hemos sabido transmitir este disfrute al público.

¿Cuáles son las claves para haber vuelto a llevar de nuevo a la rítmica española a lo más alto en citas de máximo nivel?

–El trabajo, la constancia, el no rendirse y también el no dejarte influenciar por lo que te digan otras personas, sino, tú centrarte en tu trabajo y estar con un equipo fuerte y muy unido.

Salma Solaun, la primera por la derecha, posa con su medalla de plata junto al resto de sus compañeras Juan Carlos Cárdenas

También transmiten una química muy buena en el equipo. ¿Esa unión del grupo puede estar detrás de los éxitos que están logrando en estos dos últimos años?

–Así es. Esa unión es clave. Al final todas estamos aquí por lo mismo. Todas estamos sacrificando muchas cosas por un mismo objetivo y al final eso nos une, nos da fuerza y nos hace llegar a lo más alto. Estás tú, pero también está tu compañera y sufres y te esfuerzas por ti y por ella también. Es algo muy bonito.

"Todas estamos sacrificando muchas cosas por un mismo objetivo y al final eso nos une, nos da fuerza y nos hace llegar a lo más alto"

Salma Solaun - Gimnasta alavesa

El estirón en estos últimos años ha sido espectacular, ya que la selección española de rítmica ha pasado de no estar clasificada para los Juegos de Tokio a tener ya desde el año pasado el billete para París y ahora incluso aspiran al podio. ¡Quién se lo iba a decir!

–Sí, totalmente. Hace años estábamos en una situación totalmente opuesta y si nos lo llegan a decir, no nos la habríamos creído. Es muy bonito ver cómo hemos sabido superarnos. A ver, que todo lo que hemos conseguido ha sido fruto de nuestro trabajo, que nadie nos ha regalado nada. Hemos conseguido crear un gran equipo, que nos permite soñar a lo grande y cuando sueñas, las cosas a veces suceden.

Habla de sueños y el sueño olímpico esta cada vez más cerca y con él, viendo el rendimiento del equipo, se podría fantasear hasta con lograr una medalla. ¿Da vértigo?

–Sería algo increíble. Primero soñamos con la final olímpica y luego ya se verá, pero está claro que obviamente sí que sería un sueño poder lograr una medalla. Trabajar vamos a trabajar para ello, pero todos los países lo van a hacer y todo el mundo va a estar muy fuerte, aunque nosotras vamos a luchar a tope por poder estar ahí arriba y representar a España lo mejor posible.