Diego Beaskoetxea (Miami, 1981) nació , creció y vive en un frontón. Debutó en 1997 como profesional, con 16 años. A los 21 se fue a Estados Unidos. Esta campaña cuelga el gerriko tras el Eusko Label Winter Series. El lunes disputa la semifinal, que podría ser su último choque de campeonato. Junto a Imanol López pretende frenar a Jean Olharan y Thibault Basque. Atiende a este medio en el Jai Alai de Gernika, donde empezó y cerrará su carrera. Lleva cerca de dos años al frente de la escuela de la localidad foral.

Está en las semifinales del Winter Series pese a comenzar con dificultades junto a Imanol López.

—Empezamos mal, con derrota. A partir de ahí, hemos jugado bastante bien. Se nos complicó el tercer partido ante Johan-Del Río. Estamos bien ahora mismo.

Cuando se la jugaban, en el desempate, sacó lo mejor de sí mismo. 

—No nos vimos fuera en ningún momento. Fuimos tanto a tanto y aprovechamos nuestras opciones. Al final, somos dos pelotaris que hemos estado en ese tipo de situaciones bastantes veces. Eso sí, en el desempate no puedes fallar, a cinco tantos es muy corto. Hay que ir tanto a tanto. Nos salió bien. 

“He vivido varios ciclos en mis 25 años de profesional y el de ahora es ilusionante. Puede haber un futuro bastante bueno para la cesta punta”

El lunes disputa la primera semifinal ante Olharan y Basque. ¿Le han sorprendido un poco? 

—Los dos grupos han estado bastante parejos. Sí que pensábamos que su partido contra Barandika-Lekerika iba a ser un poquito más disputado, pero lo ganaron bien e hicieron su papel. Están haciendo su juego: meter mucho, andar en la cancha y poner las cosas muy difíciles a los contrarios. 

Basque está dando gran nivel. Ha llegado para quedarse.

—Sí, lleva un tiempito, lo que pasa es que son pelotaris irregulares. Aun así, está cogiendo una regularidad muy buena en Gernika. Además, es revesista, el frontón le va bastante bien y yo creo que aquí ha encontrado su mejor juego. 

Lleva un tiempo dando vueltas a la retirada y el lunes puede ser su último partido de competición.

—Hay un partido por el tercer y cuarto puesto, pero no estoy mirando eso. Sí que es cierto que será la última competición grande. Tampoco lo afronto como mi último partido, ya que espero jugar el siguiente. Fíjese, el primer día tuve en la cabeza que era mi último torneo y no salí bien a la cancha. Espero que el lunes no suceda lo mismo. 

¿Intenta abstraerse?

—El último partido vine a disfrutar más. La gente me estaba preguntando a ver que se sentía, cómo estaba y todo eso. Después de aquello me dije que eso no podía volver a pasar. La idea es salir a a tope y si ganamos, adelante. 

Prosiga.

—Sé que puede ser mi último partido y no me quiero despedir a medias, haciendo un mal partido o no disfrutando. Mi intención es salir a tope, dar todo lo que tengo; que no sea por gozar, dar todo e intentarlo al cien por cien.

“No creo que la pelota tenga nada más para ofrecerme ni yo a ella. Es un buen momento para dejar el campo profesional”

¿Cuál es el motivo por que deja la cesta profesional? 

—Son bastantes factores. Llevo 25 años y no me veo en la cancha como antes. No es que esté mal, pero después de tantos años ganando torneos, ahí arriba, llevo los últimos sin pelear por los títulos. Tampoco me puedo preparar como antes. Fíjese, antes vivía 24 horas al día para la cesta punta. Ahora tengo familia y estoy también en la escuela de cesta punta de Gernika. Para mí es mucho más difícil prepararme físicamente. Me cuesta más. Pensándolo bien, la pelota me lo ha dado todo y yo también se lo he dado todo a la pelota, todo lo que tenía, al menos. No creo que la pelota tenga nada más para ofrecerme ni yo a ella. Es un buen momento para dejarlo. 

No estoy de acuerdo, si continúa en la escuela de pelota es porque sigue ofreciendo cosas a la pelota. 

—Y aquí voy a seguir. Llevo ya año y pico aquí a diario, metiendo mil horas. Una de las cosas por la que me voy tranquilo es por eso: a mí no me está costando dejar la cesta porque estoy dentro del frontón todos los días. Es algo que he hecho toda mi vida. Poder seguir en el frontón me lo pone más fácil.

Es hijo de pelotari, Gonzalo Beaskoetxea, y ha conocido varias etapas de la cesta punta. ¿Qué siente con el movimiento que se está viviendo actualmente?

—He vivido varios ciclos y el de ahora es ilusionante. Puede haber un futuro bastante bueno. La cesta estaba bastante mal y en los últimos años parece que va cogiendo fuerza. Aun así, he visto tiempos bastante mejores que los de ahora. Hace décadas había cientos de pelotaris en activo, viviendo en Estados Unidos, frontones llenos... Estos tres últimos años el público está respondiendo y están viniendo críos a las escuelas. No es momento de comparar épocas, sino de pensar que viene algo bonito. 

El veneno de la cesta engancha.

—Sabíamos que era un producto bonito, que iba a gustar al público. A la gente le está enganchando, sobre todo a los jóvenes. 

Te puede interesar:

Diego Beaskoetxea, durante el partido de cesta del Winter Series Gernika Borja Guerrero

¿Qué salud tiene la escuela de cesta punta de Gernika?

—Tenemos un montón de chavales. Estamos casi 100 pelotaris y la mitad de ellos, más o menos, son niños por debajo de los 10 años. Tenemos un montón de gente todos los días. La escuela funciona mañana y tarde. Estamos a tope. 

El punto de vista que hay que tener desde la formación no es tanto que salgan figuras, sino que salgan amantes del deporte, ¿no?

—En las escuelas también hemos tenido ese debate. Los años anteriores se tendía a coger a menos gente para estar más encima y así poder sacar más figuras. Pero hay que entender que esto puede ser un hobby. Ya irán saliendo figuras también. Esperemos que haya una base fuerte para que la cesta siga muchos años más.