¿Qué balance hace del año?
-Muy bueno. Me ha servido bastante. Todos los años he ido progresando y siento que en este he dado otro paso adelante.
¿Por qué?
-Me he visto en más ocasiones con opciones de ganar. He ido a más a lo largo del año y mi nivel ha crecido.
¿Dónde ha estado la clave?
-Sobre todo a partir del Giro de Italia. Allí competí con grandes corredores, una vuelta de diez días, había mucho nivel y eso me sirvió para coger más experiencia.
Han sido dos triunfos, pero se ha quedado cerca en un gran número de ocasiones. ¿Qué le ha faltado para poder rematar más?
-No he tenido un pico de forma del 100% en ningún momento y así es difícil tener ese punch para ganar. El pertenecer a un equipo tan fuerte como el Caja Rural te exige estar bien todo el año para poder participar en las principales carreras. Debes estar a tope desde febrero. No puedes relajarte y decir ya iré cogiendo la forma, para poder brillar en un determinado momento. Hay que estar bien siempre. Eso me ha servido para tener cierta regularidad y hacer grandes puestos, pero el tener un calendario tan cargado me ha limitado algo mis opciones de victoria. Además, ganar es muy difícil, pero me quedo con el hecho de que este año ya me he visto en muchas ocasiones con opciones.
¿Cuál es su punto fuerte?
-Soy escalador puro. Este año sí que he descubierto que se me dan bien las llegadas explosivas y los finales con un muro como en Llodio. Pero sobre todo, donde más a gusto me siento es en los puertos largos y en las vueltas por etapas.
Y, ¿su punto débil?
-La contrarreloj. Es algo en lo que estoy mejorando, pero necesito algo más para después no ir en carrera a contrapié.
Siendo escalador y teniendo un cuerpo de escalador. ¿Cómo se desenvuelve en el llano?
-Se va muy rápido y a veces me cuesta. Sufro y necesito más fuerza para ir más cómodo. Al menos, soy hábil para colocarme, pero también asumo que he sufrido algún despiste. Pero bueno, en este aspecto me he visto también mejor, voy aprendiendo y dando pasos adelante.
Ha sido una de las revelaciones de la temporada. ¿Lo esperaba?
-Sí. El año pasado casi no se pudo correr y sabía que si llegaban las carreras podría alcanzar ese punto de forma para brillar. Me he adaptado muy bien a la categoría y confiaba en mí para andar bien.
¿Qué siente cuando con tan solo 20 años ya suena su nombre para dar el salto a profesionales? ¿Vértigo?
-No. Es algo que he perseguido desde que empecé. Tenía claro que quería llegar al pelotón profesional y he visto este año que puedo estar con ellos. Eso es algo que me da más motivación para seguir trabajando y poder alcanzarlo.
¿Tiene prisa?
-Quiero que cuando llegue el momento ser capaz de hacerlo bien y dar el nivel. No pasar por pasar. Hay presión, pero no es algo que me preocupa en estos momentos.
De todos modos, llegando a profesionales en 2023, arrancaría en la élite con 22 años recién cumplidos. Otro chaval. ¿A qué se debe que ahora se dé el salto tan pronto?
-Sobre todo a que se empieza a preparar a los corredores desde muy jóvenes. Ya desde juveniles todos tienen su preparador físico, se analizan sus datos, entrenan parecido a lo que les llegará después y eso los equipos profesionales lo conocen y ya saben lo que pueden esperar de ellos. Además, los equipos también contribuyen al apostar más por la juventud.
Y, ¿qué le parece?
-A ver, hay que pasar a profesionales y después andar ahí. Lo que hayas hecho antes no vale de nada. El contador se pone de cero y te toca demostrar si vales o no.
En el Caja Rural, otros paisanos como Aberasturi, Lazkano y Murgialday ya han llegado siguiendo el camino que ahora está recorriendo. ¿Cree que está en el sitio adecuado para alcanzar la élite?
-Por la trayectoria, por la estructura y por muchas más cosas, sí que tengo claro que es el sitio idóneo para formarse y dar el salto. Ver que gente que es mayor que tú ha hecho el mismo camino y lo ha culminado con éxito, te da confianza.
"Quiero que cuando llegue el momento sea capaz de hacerlo bien y dar el nivel. No pasar por pasar