“La primera fue la que más ilusión me hizo”, comenta Julen Arriolabengoa sobre su triunfo en Laudio, el primero que lograba en categoría sub’23. Al del Caja Rural le tocó trabajar durante toda la jornada para proteger el liderato de su compañero Calum Johnston y una vez que ya habían asegurado su victoria, el de Erentxun sacó a relucir su talento para sorprender a propios y extraños con un demarraje en un durísimo repecho final a la altura de unos pocos privilegiados. “Salía en cada ataque para cubrir a los escapados. Trabajando para el equipo y gracias a eso me llevé la montaña, pero no pensaba en disputar la etapa ni mucho menos”, apunta.
Sin embargo, al verse delante en el muro final, el corredor alavés decició probar suerte. “Llegamos bien colocados y ataqué”, relata. Fogonazo. Dejó a todos clavados. Fue una bala. Exhibición de poderío y fiesta completa para el Caja Rural tras llegar su compañero Calum Johnston tercero a meta. “Nos alegramos mucho”, recuerda sobre su estreno en la categoría.
Un triunfo cosechado gracias a su instinto de killer en los metros finales. De “rematador” como apunta el propio ciclista. Esta vez la victoria llegó a través de ese punch y esa fuerza para aniquilar rivales en repechos infernales.
Sin embargo, Julen Arriolabengoa tiene más repertorio y ha demostrado que es capaz de ganar en otras condiciones como demostraría semanas después en Zegama. Y eso que en la localidad guipuzcoana llegó a estar contra las cuerdas. “Tuve un momento difícil, se me averió el desviador y estuve 25 kilómetros persiguiendo a los de cabeza”.
A contracorriente. Sin rendirse. Siempre luchando. Persistente. Trabajo y lucha, una constante en su carrera. Así consiguió dar con el grupo delantero y después quedarse sólo junto a Asier Etxeandia. Se la iban a jugar los dos a cara de perro. Pues bien, el del Caja Rural sacó a relucir en esta ocasión su sangre fría.
“Pese al calentón llegue bien de piernas. Tuve más tranquilidad que él y esperé a que lanzara el sprint para superarle”, recuerda. De nuevo el instinto de killer a la palestra. Regresaba la versión rematadora de Julen y así metía al zurrón su segundo triunfo en la categoría sub’23.