- "Nada volverá a ser lo mismo". Esa es la frase más repetida desde que llegó la pandemia del coronavirus. En el fútbol tampoco. Y a esto se le une que una de las máximas que se cumplen a rajatabla en este deporte es que cuando el Madrid cae de forma prematura en la Champions, como este año en octavos de final, se cobra su factura. Si la tiene que pagar de forma colateral otro equipo que no tenía incidencia directa en su fracaso, mejor. Más sencillo y sin apenas explicaciones. Así se justifica que el Madrid haya cambiado de forma tan radical su postura sobre Martin Odegaard y a día de hoy se encuentre a un paso de regresar al Bernabéu en lugar de completar su segunda cesión.

Todo estaba supeditado a que Zinedine Zidane diera el último visto bueno a una operación que por fin parecía poner de acuerdo tanto a los entornos de los clubes como a la prensa que cubre habitualmente su información a diario. Desde que se acabó la Liga hasta la disputa de la Champions nadie mantenía con vida la posibilidad de que Odegaard fuese repescado por la casa blanca. Como suele suceder con muchos casos, todo cambió con la derrota en Manchester. Al centro del campo merengue se le vieron las costuras, sobre todo a un Modric que en septiembre cumple 35 años y al que ya le cuesta ser competitivo.

La pandemia lo ha cambiado todo y lo peor está por llegar la temporada que viene. El calendario se vuelve a comprimir mucho y el Madrid necesita savia nueva para aspirar a ganar títulos. Su mayor problema es que, al parecer, el club madridista no tiene dinero para satisfacer los costosos fichajes que ha solicitado su entrenador (Tebas ya les avisó de que se acababan los refuerzos de los 100 millones), entre los que está su deseado Pogba que taparía mucho las opciones del escandinavo. Y de los cedidos por los que le han preguntado ahora, el que mejor rendimiento ha dado ha sido con diferencia el mediapunta txuri-urdin. Por eso ha dado la orden de que se le repesque. E incluso no se descarta ahora que pueda reclutar de nuevo a Ceballos, con quien no mantiene una relación demasiado buena.

Lo que está claro es que para repescarle han tenido que romper el pacto que habían llegado con la Real. El acuerdo era para dos años, pero se firmó en 1+1, al que debían darle continuidad las tres partes a final de la primera por imperativo legal. Y hay dos cuestiones muy importantes que parecen pasar inadveritads por el Bernabeú. La primera es que el jugador está lesionado, lo que ha provocado que apenas haya podido ayudar al equipo en las últimas jornadas porque su dolencia es importante y no tiene fácil solución. Es más, a día de hoy, cuenta con papeletas para perderse gran parte de la pretemporada blanca que se incia el 31 de agosto. Y segundo, algo muy importante, es que según ha podido saber este periódico, aunque no lo va a manifestar en ningún momento y triunfar en el Madrid siempre ha sido un sueño, Odegaard está muy tocado. Los que le conocen bien sabían la ilusión que le hacía salir a Europa con la camiseta de la Real y completar su formación en una segunda campaña para finalizar la hoja de ruta que se había marcado cuando dio el sí a la oferta de la entidad donostiarra. El escandinavo aguarda noticias en su Drammen natal pero, a pesar de que no está en su mano volver a cambiar su destino ni puede manifestarse públicamente, le disgusta mucho la opción de no defender más la blanquiazul.

Eso sí, la Real todavía no ha tirado la toalla ni ha dicho la última palabra. En Anoeta son plenamente conscientes de que no tiene la sartén agarrada por el mango, pero su estrategia es que el verano es muy largo y hasta el 5 de octubre, que es la fecha en la que se cierra el mercado, pueden suceder muchas cosas. Todavía quedan varias conversaciones pendientes y, aunque cuando aparece el Madrid en cualquiera de estas operaciones el ruido se convierte en ensordecedor, tras la tempestad suele llegar la calma y se ven las cosas con mucha más frialdad. Algunos de los pesos pesados de la entidad prefieren que siga en la Real.

Las cuentas está claras. Zidane va a tener en el centro del campo a Modric, Kroos, Casemiro, Brahim, Isco, Odegaard, Valverde y Ceballos. Y si consigue recaudar el suficiente dinero con los transferibles incluso no descartan contratar a un sustituto para Casemiro en el mediocentro. Aqui nadie discute la calidad superior y el talento Champions de Odegaard, pero para triunfar en el Madrid va a tener que competir al máximo con regularidad y, aunque muchos lo olvidan, con la txuri-urdin también ha tenido malas tardes esta campaña.