- En un momento en el que el tan denostado fútbol moderno y la fuerza del dinero televisivo han convertido al balompié en apenas una caricatura de lo que fue, el Deportivo Alavés se prepara para recordar viejos tiempos y vivir un intenso fin de semana a la antigua usanza. Una sensación a la que sus aficionados, incluso los más puristas, habrían renunciado gustosamente. Porque el motivo de este reencuentro con el pasado no es otro que la delicada situación clasificatoria en la que se halla la escuadra del Paseo de Cervantes y que le obliga a encarar el epílogo liguero con el alma en vilo.

De esta manera el combinado de López Muñiz tiene por delante dos auténticas finales -que ojalá puedan quedar reducidas a una si los resultados acompañan mañana- en las que el añejo acompañamiento de los transistores será sustituido en esta ocasión por las aplicaciones de los teléfonos móviles. Pero con un objetivo idéntico, estar al tanto en todo momento de los resultados que se producen en otros escenarios en los que El Glorioso se jugará también su futuro aunque no aparezca ninguno de sus representantes sobre el terreno de juego.

Aunque su situación no es ni mucho menos ideal, continúa siendo mejor que la de sus adversarios directos en la pelea por la permanencia, lo que le permite seguir dependiendo de sí mismo. Por lo tanto, la victoria sobre el Betis mañana en el Villamarín supondría el sello definitivo a su pasaporte para competir un año más en la máxima categoría. Sin embargo, la trayectoria albiazul reciente no invita precisamente al optimismo y ello hace que todo el mundo mire también a otros escenarios.

En concreto, a los otros dos en los que estarán gran parte de sus opciones de supervivencia. Se trata de San Mamés y Son Moix. En Bilbao el Athletic recibe a un Leganés al que le valdría con sumar cuatro puntos en las dos últimas jornadas para condenar al Alavés si este pierde sus dos partidos. A favor de los gasteiztarras juega que los rojiblancos están en plena pelea por entrar en Europa y que los pepineros cierran la Liga recibiendo al Real Madrid.

El Mallorca por su parte acoge la visita de un Granada que ya no se juega nada y bajará el telón en Pamplona contra un Osasuna también de vacaciones. Dispone por lo tanto de una buena opción de obrar el milagro si el Alavés no cumple con su parte aunque los insulares necesitarían sumar los seis puntos para superar a los babazorros. Se avecinan, por lo tanto, jornadas de infarto en las que los ojos de los aficionados albiazules deberán moverse de un campo a otro sin parar.

En su mano. Una victoria en cualquiera de los dos encuentros (ante el Betis y el Barcelona) que le restan por disputar le garantiza la permanencia al Alavés.

Leganés. El conjunto pepinero visita mañana al Athletic y cierra la Liga recibiendo el domingo a un Real Madrid que previsiblemente ya será campeón. Si el Alavés pierde sus dos partidos, le valdría con sumar cuatro puntos para superarle.

Mallorca. El cuadro balear recibe mañana a un Granada que no se juega nada y bajará el telón en Pamplona ante un Osasuna también de vacaciones. En su caso, necesitaría ganar los dos partidos para tener opciones de adelantar al 'Glorioso'.

Celta. El celeste es el cuarto implicado y arranca empatado a 36 puntos con el Alavés, por lo que cuenta con una valiosa ventaja. En la penúltima jornada se mide al Levante en su feudo y en la última al Espanyol fuera.

Un triunfo garantiza la permanencia a los de López Muñiz, pero también las derrotas de Leganés y Mallorca