- Desde hace ya más de una semana, prácticamente todas las competiciones deportivas se han visto obligadas a bajar la persiana y suspender sus respectivas actividades como consecuencia de la irrupción del coronavirus. Las medidas de prevención primero y el obligado confinamiento posterior han impedido a los clubes mantener su rutina habitual de trabajo generando además una situación totalmente inusual. Y es que una sociedad casi plenamente paralizada por el efecto de la pandemia se ha quedado, de golpe, sin uno de los recursos a los que mayor tiempo de ocio dedica en condiciones normales.

Y la palma entre todos los deportes se la lleva, evidentemente, el fútbol y todo lo que genera a su alrededor, consumido masivamente en prácticamente todo el planeta. Una situación que se reproduce en términos muy similares cuando se amplia el foco hacia territorios más cercanos. De esta manera, el Deportivo Alavés -que no juega un partido oficial desde el pasado día 6 y no se entrena desde hace una semana- ha dejado huérfanos, forzado por las circunstancias eso sí, a sus miles de aficionados.

Obligados a permanecer recluidos en sus domicilios, ni siquiera pueden evadirse un rato disfrutando de los goles de Lucas Pérez y Joselu o calibrando cuándo podrá certificar El Glorioso su permanencia un año más en la máxima categoría. Un problema que sin duda habrá generado más de una incomodidad en no pocos domicilios. Suele decirse, sin embargo, que es en las crisis donde se pueden encontrar las oportunidades que de otra manera pasarían inadvertidas para explorar caminos que terminan demostrándose muy útiles.

Una máxima por la que han apostado desde la entidad del Paseo de Cervantes. Así, a falta de una buena dosis de Deportivo Alavés real en el menú, han encontrado la fórmula de paliar el síndrome de abstinencia con una variada carta virtual. Y es que la hiperconectada sociedad moderna actual permite alternativas impensables hace no demasiado.

Teniendo en cuenta que en momentos difíciles las alegrías se valoran doblemente, una de las primeras iniciativas puestas en marcha por el Deportivo Alavés tuvo como gran protagonista el que para muchos es sin duda el día más importante de su casi centenaria historia. El 16 de mayo de 2001. Una fecha inolvidable en la que El Glorioso disputó Dortmund la final de la Copa de la UEFA y, pese a perder (5-4) con un cruel gol de oro en propia puerta, se proclamó campeón en los corazones de sus seguidores.

Como si el tiempo se hubiese detenido en ese encuentro de hace casi ya dos décadas, la entidad albiazul llevó a cabo una completa retransmisión de la jornada a través de sus Redes Sociales. Un viaje al pasado en el que, evidentemente, colaboraron muchos de los aficionados del Glorioso. Algunos que lo vivieron en primera persona en el Westfallen Stadium, otros comidos por los nervios desde la distancia y, los más jóvenes, que sólo disponen de las referencias que les han ofrecido sus mayores.

De esta manera, se dio lugar a una prolífica interactuación en la que recuerdos, fotografías, vivencias, vídeos, lágrimas, celebraciones y los goles de Javi Moreno, Iván Alonso, Jordi Cruyff y compañía volvieron a situar a los corazones albiazules al borde del colapso.

Es verdad que, desgraciadamente, no se trata de una reedición de aquel inigualable éxito continental pero, al menos, iniciativas como esta permiten paliar mínimamente los rigores de la cuarentena hasta que, ojalá muy pronto, todos podamos disfrutar de nuevo de algo similar sobre un césped real. Mientras tanto, no queda otra que aferrarse al consuelo virtual, en el que ya se están preparando nuevas ofertas tanto desde los estamentos oficiales como a través de particulares. El balón, ahora, está en la Red.