¿Qué es lo que hace que se pite a un deportista? ¿Qué razones podrías encontrar para abuchear a una persona que está realizando su trabajo?

“El mayor problema para mí es ser capaz de tener la misma actitud una y otra vez. Espero poder hacerlo”. Estas son palabras del jugador australiano de tenis Kyrgios. En diferentes torneos de tenis se le ha criticado su actitud. Su forma de comportarse dentro de la pista, tanto con sus oponentes como con el público. ¿Le pitarías?

Uno de los mejores boxeadores de la historia será recordado, entre otras cosas, por un mordisco a su oponente en pleno combate. En uno de sus incontrolables ataques de ira, Mike Tyson mordió la oreja de Holyfield y fue descalificado al final del tercer asalto. ¿Recriminable?

El exciclista norteamericano Lance Armstrong fue desposeído de sus siete Tour de Francia después de una confesión en la que admitió haber utilizado esteroides y otras drogas para mejorar su rendimiento deportivo. ¿Aceptable?

Oigo estupefacto los silbidos en Mendizorroza, de cierta parte de público, al jugador y capitán del equipo Manu García y me pregunto: ¿Estará entre esos deportistas a los que se les puede recriminar su profesionalidad? Mi respuesta es rotunda: no.

En mi opinión, es todo lo contrario. Profesional, esforzado y dedicado a su profesión. De una actitud intachable en el campo de juego. Su actitud es un ejemplo. La defensa que hace de su equipo, siempre desde las reglas de juego es desde la pasión por el deporte que le ha hecho crecer desde pequeñito. Defiende a su ciudad, Vitoria; defiende a su club, el Deportivo Alavés; defiende a sus compañeros y traslada su deseo de competir y vencer. Es contagioso y contagia en muchos casos su forma de entender su deporte a los compañeros.

No le ha sido fácil llegar a Primera División. Le ha costado muchos años. Y creo que mantenerse a este nivel es más difícil todavía. Volver a tu ciudad después de muchos años buscándote un sitio por diferentes equipos no es camino sencillo. Llegas a tu casa y logras ascender al equipo de tu ciudad desde Segunda División B hasta Primera. ¡Guauu!.

¿Sería más fácil para ti jugar en otra ciudad que no fuera tu casa?

Y, ¿entonces? A esos que le pitáis, ¿por qué le pitáis?

Entiendo que es posible que no te guste cómo es su juego. A lo mejor se equivoca al dar uno o varios pases. No es un jugador que marque diferencias como Messi o Neymar. Hasta aquí puedo entender cierta frustración en los aficionados. Lo que te gustaría que fuera y lo que es.

La siguiente vez que vayas a un bar y pidas un café, ¿vas a pitar y abuchear al camarero porque no te gusta como te lo ha puesto? Incluso, ¿vas a insultarle? No, claro que no. Podrás decidir pedirle que te lo ponga otra vez o podrás decidir no volver a ese lugar, pero no le pitas.

Ánimo Manu. Yo valoro tu esfuerzo y dedicación. Creo que hay muchos que, como yo, entendemos que tratas de ser el mejor deportista que puedas ser y eso es lo que desearíamos incluso para nosotros mismos. Ser la mejor versión posible de nosotros mismos. Una última reflexión, Manu, ¿en qué podrían ayudarte esos pitos?

De la misma que tú no entiendes el título de este artículo, yo no entiendo cómo se puede pitar a Don Manu García.

El autor es socio de Sport&Play