Madrid - El Real Madrid viaja a Estambul para enfrentarse al Fenerbahce en la última jornada de la primera vuelta de la Euroliga, en una reedición de la última final de la competición y en la que el equipo blanco, de alguna manera, defiende el título logrado en el mes de mayo en Belgrado.
Con Fenerbahce y Real Madrid encaramados a los dos primeros puestos de la clasificación de la Euroliga, el choque adquiere otra magnitud, una dimensión que le hace ser, posiblemente, el mejor partido que pueda verse en estos momentos en la competición.
Los dos conjuntos han perdido, con respecto a la final, algún jugador importante como Brad Wanamaker, que ha pasado de Fenerbahce a Boston Celtics, y Luka Doncic, del Real Madrid a Dallas Mavericks, pero ambos mantienen la fortaleza del colectivo, lo que se deja traslucir en su juego y resultados.
El Madrid acude al Ulker Sports de Estambul con el convencimiento de que deberá plantear “un partido muy duro”, en palabras de Rudy Fernández, en lo físico y en cuanto a concentración si quiere albergar alguna opción de victoria ante un equipo plagado de figuras y entrenado por Zeljko Obradovic, que querrá sacarse la espinita de la última final perdida. Pablo Laso, que afirmó que “Fenerbahce te exige dar el máximo si quieres competir”, cuenta con todos sus jugadores de la plantilla, aunque el pívot serbio Ognjen Kuzmic todavía está en la fase de readaptación al ritmo del equipo. La importancia del partido es, de todas formas relativa, dado que en el final de la primera vuelta el equipo otomano sólo ha perdido un partido y el Real Madrid, dos.
Así las cosas, una derrota no supondría ningún problema para ninguno de los dos conjuntos, mientras que una victoria para cualquiera sería una reafirmación en la moral del que la consiga y, por decirlo de alguna manera, una forma de marcar el territorio para cuando llegue el momento decisivo de la competición. La reedición de la última final es un partido atractivo e interesante entre dos escuadras que no escatimarán esfuerzos por la victoria, como corresponde a dos campeones que son nuevamente los principales candidatos al reinado europeo. - Efe