Después de una etapa de más de 150 kilómetros, David de la Cruz se quedó tan solo a unos escasos metros del éxito. El ciclista de Sabadell acarició la gloria con la yema de los dedos. Sin embargo, Vicenzo Nibali le cerró la puerta en las narices, arrebatándole todos los flashes. Tras una feroz lucha en los metros finales con otros ocho ciclistas, De la Cruz no pudo con el ciclista del Bahrain. El corredor del Quick-Step perdió una buena ocasión de vestir el maillot de líder, del que se quedó a tan solo dos segundos. “No ha podido ser, aunque el equipo ha trabajado bien y me ha ayudado mucho, pero esto solo acaba de empezar”, comentó tras finalizar la tercera etapa.

De la Cruz, que copó la tercera posición del podio en la reciente Vuelta a Burgos que ganó Mikel Landa, reconoció que ponerse de líder en la Vuelta a España, como hizo en la anterior edición, “era un sueño”. Una ilusión, que finalmente se vio truncada por un suspiro. El catalán, que firmó el pasado jueves con el equipo Sky por dos temporadas, destacó la labor de su próximo equipo en la etapa de ayer: “El trabajo del Sky ha sido una exhibición, con un ritmo muy agresivo en los últimos kilómetros”. Asimismo, reconoció el esfuerzo de sus actuales compañeros: “Hemos empezado con muy buen pie, ganando el segundo día con Yves Lampaert y hoy haciendo segundos”.

De la Cruz, que ya conocía el tramo final de la etapa, afirmó que “esperaba que se desarrollara así; La Rabassa hace daño y La Comella es un puerto complicado”. Como confesó a sus 28 años y con un triunfo de etapa en la Vuelta a España de 2016 a sus espaldas y victorias de etapa en 2017 en la París-Niza y la Vuelta al País Vasco, su objetivo, prudente, ahora es ir “día a día y ver cómo vamos evolucionando”.