vitoria - Es, sin duda, la estrella del festival programado para la tarde del domingo en el Ogueta. La gran atracción de un cartel en el que los jóvenes llamados a ser los protagonistas de la pelota la próxima década concitan la atención de los aficionados a la pelota en Álava. Un festival con dos partidos que dará inicio a las 17.00 horas con un preliminar en el que se producirá la reaparición de otro joven y prometedor pelotari, el riojano de Ezkaray Dario que, acompañado de Merino, se las tendrá que ver -y comprobar el estado de sus manos- contra Jaunarena y Cecilio. Irribarria, el guipuzcoano que acaba de proclamarse campeón del manomanista, el torneo más difícil y complicado y en el que los pelotaris encuentran más dificultad ante rivales y condiciones del escenario, representará el papel principal de la velada. “La semana ha sido dura. Nunca antes he estado tan agobiado”, reconoce el pelotari, sin aliento desde que se impusiera el domingo a Urrutikoetxea en la final de Miribilla. Homenajes, prensa y los estudios le han dejado con muy poco tiempo para disfrutar del éxito. Un triunfo inesperado pero renovador, del que el aficionado ha disfrutado como nunca por el aire nuevo que su aparición ha significado a tan tierna edad. No ha sentido vergüenza, al revés: “En la cancha me he mostrado como soy, sin vergüenza, con desparpajo, con respeto pero dispuesto a todo”. Hasta antes de ayer eran ídolos y en el frontón lo siguen siendo. Dejó en la cuneta a Olaizola II. Luego a Bengoetxea. Con uno y otro supo imponer su juego y reaccionar de la manera que el juego rival exigía. Con potencia contra unos, con inteligencia y zorrería contra otros? Con veteranía contra todos. En la final hubo de salir muchas veces al ancho y levantar la pelota con la derecha, cruzarla y llevar lejos del frontis a Urrutikoetxea. “En el frontón quito la vergüenza. Me viene de familia. Eso no se trabaja”, remarca sin darse importancia Iker, que sólo piensa en “seguir trabajando como hasta ahora y hacerlo cada día mejor”.
Dos tíos jugaron hasta los 20, los años que cumplirá pronto el campeón. Esos son sus antecedentes más próximos. Casi los únicos, aunque el abuelo ya jugaba en el pueblo por pura afición. Admira a Titín y, sobre todo a Irujo. Éste es su referente, el pelotari que más admira. De su golpe de zurda, que ha sorprendido a propios y extraños, no cuenta secretos porque “no hay secreto, es mi mano y el trabajo, supongo”. Trabajó igual de cara a la final. No la preparó de manera distinta a como preparó el resto de eliminatorias, “pero me salió todo muy bien”, quizá mejor de lo esperado. Salió a disfrutar del partido, a disfrutar de toda una final del mana a mano, la competición más dura de la pelota vasca, disciplina y modalidad de la que se ha convertido en el enemigo a batir y en la gran revelación del momento. No tiene supersticiones, no es maniático, es un chaval joven, normal y que sigue estudiando una carrera.
ambientazo en el ogueta El domingo jugará en el Ogueta junto a Zubieta contra Altuna III, otro joven de la fructífera cantera guipuzcoana, y Barriola, pelotari con gran seguimiento por el pelotazale alavés y un seguro de vida para cualquier delantero. “En el Ogueta habré jugado un par de veces, quizá tres veces con anterioridad. Se que es un frontón difícil. Siempre he oído a mis compañeros que es una cancha exigente”, apunta Irribarria. Acudirá a Gasteiz oyendo música en el coche, reggae a poder ser “me relaja” dice y disfrutará luego en el frontón. Esa es su obsesión, disfrutar del juego, del trabajo, del deporte. Y que dure.
Algo más de media entrada ya se ha vendido. Todavía se podrán retirar billetes hasta mañana sábado por la mañana a precios reducidos (10 euros en el rebote y en el lateral, y a 20 euros en cancha). Precio reducido por venta anticipada que luego el mismo día del partido, el domingo, subirá hasta los 15 y 25 euros.