Garmin24:48

BMCa 4''

Skym.t.

GENERAL

Thor Hushovd (Garmin)5h06:25

David Millar (Garmin)m.t.

Cadel Evans (BMC)a 1''

Etapa de hoy, 3ª: Les Essarts, 23 km. CRE. ETB-1, Teledeporte y Eurosport, 15:00 h.

Les Essarts. El Tour son las caras. Fíjense en esta: nublada, desencajada, seria, los ojos en órbita y vueltos al suelo. Es la de Contador en la primera meta del Tour, en el Monte de las Alondras. Es inaudita. Es la radiografía de la derrota del campeón, que no vivía semejante situación desde que en 2009 se subiera a la cima del Tour. Solo se le recuerda un desliz: el día que Armstrong le atrapó en un abanico y le metió una treintena de segundos en el Tour de hace dos años. Aquel Contador también tenía rostro. De ira. Bullía de rabia. Sus ojos escupían rayos. Era un lobo. Feroz. Días después puso a todos en su sitio en los Alpes. Lejos.

El que está lejos ahora es él. A 1:38 de Andy Schleck, su gran rival, cuando el Tour apenas ha amanecido. En dos días se ha dejado lo de todo un mes: 1:14 en la caída del sábado y otros 24 segundos ayer, casi uno por kilómetro, con el Leopard en la crono por equipos de Les Essarts, donde las vacas charolesas. Cuatro segundos más con el Garmin, que ganó su primera etapa en el Tour y vistió de líder a Thor Hushovd, campeón del mundo y, ya saben, cazador de renos en los fríos inviernos noruegos. Los mismos 24 con el BMC del cada vez más peligroso Evans y el Sky del incógnito Wiggins. Pero solo 18 con el RadioShack y su imponente armada -Brajkovic, Horner, Kloden y Leipheimer-, apenas 16 con el Rabobank de Gesink, y, ya en positivo, cuatro por delante de Vinokourov, por no hablar de los 29 que le recuperó a Ivan Basso, que acabó muerto la crono, o los primeros 54 que le metió a Samuel Sánchez, víctima el sábado del mismo corte y último ayer con su equipo, Euskaltel-Euskadi.

Como Perico en el 89 El Tour está al revés. Contador, inalcanzable hasta ahora, es el que persigue. Es, también, el que sale primero en la crono por equipos, a un horario en el que no suele estar vestido de ciclista, a las 14.30, y el que primero llega. Sobre las 15.00 horas. Aprieta el calor entonces. Los demás calientan mientras él se va al hotel. Es como Perico en el 89, cuando un año después de ganar el Tour salió tarde en el prólogo de Luxemburgo y se desplomó después en la crono por equipos para empezar una carrera loca, de atrás hacia adelante, por los Pirineos y los Alpes. Acabó tercero tras Lemond y Fignon. Aquel fue un Tour precioso. Es a lo que huele este, si Contador es Contador.

Otro rostro, otro escenario, otro Tour, otra voz. De cordero. ¿Actúa Contador cuando dice que está en inferioridad porque después del Giro no tiene la chispa mental y física de los demás favoritos? "Ahora hay corredores mejor situados que yo en la general. Dicen que Andy es el favorito. Y es cierto que es el mejor escalador, pero no descartaría a Evans, que es más regular y al que mejor le va la contrarreloj". Luego tuerce la cabeza como se le ha torcido el Tour. "Esta situación no me la esperaba". El rostro de Andy rara vez no dibuja una sonrisa. Ahora con más motivo. En 2010 perdió el Tour por 39 segundos con Contador y hoy tiene al español a 1:38. Pero no se fía. "La cosa no ha cambiado. Alberto y yo seguimos siendo los favoritos. Y Evans. Pero yo estoy aquí para ganar el Tour, no para ganar a Contador". Hace dos días, ganar a Contador y ganar el Tour eran equivalentes.

"Nada ha cambiado" La carrera ha dado la vuelta pero sigue girando en torno a Contador. Todavía ayer, el Tour se preguntaba, sin encontrar respuestas, qué significaba que al campeón le hubiese pillado por primera vez un corte y, lo que es más enigmático, por qué pareció asumir ese momento con resignación, sin la energía y la sangre caliente de otras veces, todas las demás veces. Si eso es señal de debilidad. Si medita una rendición. "Haré todo lo posible por recuperar el tiempo perdido. Tirar la toalla es lo último que haría", es lo que responde Contador. "Habrá espectáculo", promete.

"Nada ha cambiado", dice Bjarne Riis, su director. "Llegamos al Tour con un solo objetivo, que era ganarlo, y seguiremos con nuestro plan". "Nada ha cambiado", dice también Igor González de Galdeano, que analiza el desastre de los dos primeros días y concluye que, efectivamente, el arranque no es el deseado, pero que la distancia a la que está Samuel -a 2:32 de Andy- no altera el discurso de Euskaltel-Euskadi en el Tour. "Y no lo hace porque nosotros no hemos venido a ganar el Tour. El escenario no varía. El objetivo sigue siendo la etapa y eso no cambia. ¿El podio? Era un sueño alcanzable y sigue siéndolo. De pesarle a alguien, la situación le tiene que pesar a Contador, no a Samuel". "Nada ha cambiado", dice a su vez Haimar Zubeldia, sexto ayer con el RadioShack, que compartió el Tour de 2009 con Contador y cree que lo único que pasará ahora será que el español tendrá que atacar desde más lejos para recuperar todo ese tiempo. Como Perico en el 89.

Antes, su equipo probó otra manera de reducir diferencias. Por la mañana, el Saxo Bank, tras estudiarlo por la noche en el hotel, preguntó a los jueces, no de manera oficial y escrita, sino consultiva y oral, si era posible que devolviesen a Contador parte de los segundos perdidos el sábado. La reclamación se sustentaba en la misma razón que había dado a Andy, Basso, Wiggins y los demás el tiempo del pelotón principal pese a haber llegado con Contador. Una caída en los tres últimos kilómetros, zona de seguridad, perjudicó a estos. Y, sostenían los hombres del Saxo Bank, le ocurrió lo mismo a Contador, otra caída en esa franja de seguridad que le estorbó cuando perdía 34 segundos con la cabeza de carrera. En meta se dejó 1:20. La reclamación no prosperó. El Tour sigue igual. Al revés.