barcelona. Los integrantes del equipo español de natación aterrizaron ayer en el Aeropuerto de El Prat del Llobregat (Barcelona) tras su participación en el Europeo de Natación, celebrado en Estambul, en el que consiguieron cinco medallas y dos récords nacionales. La más veterana del equipo, Erika Villaécija, medalla de plata en la prueba de los 800 libres, afirmó estar "muy contenta" porque, año tras año, "está ahí" y es una "fija", cosa que no es "nada fácil", y se marcó retos más importantes de cara al futuro.

"Mi ambición ahora mismo llega hasta Londres. Mi reto y por lo que estoy trabajando es por una medalla en los Juegos Olímpicos. La ambición de seguir y conseguir más retos cada día es lo que me hace seguir en la natación. Ahora hay muchos nadadores jóvenes que lo están haciendo muy bien y eso implica que tú te has de mantener o superarte un poco para que no te quiten del medio", aseguró.

Por su parte, la joven catalana Mireia Belmonte, medalla de plata en los 400 estilos, mostró su felicidad agridulce ya que esperaba conseguir la medalla de oro. Sin embargo, la nadadora hizo un balance positivo de la competición, a la que fue enferma y dio "lo máximo" que le permitieron sus fuerzas.

Por otro lado, Alan Cabello, bronce en los 200 estilos, confesó que la medalla obtenida en Estambul le ha provocado "más alegría" que la del año pasado porque era el objetivo que se había marcado. "Sabíamos que era muy difícil, en una final muy complicada, con otros nadadores con mejor marca que yo y, al final, nadamos en una marca bastante mejor de lo que nos esperábamos y pude estar luchando por las medallas", comentó el joven nadador español.