Primera madrugada en el recinto de Mendizabala la que se vivió el jueves en un muy buen ambiente aunque si la intención de la organización del Azkena Rock Festival era hacer mejoras en el apartado gastronómico, alguien debería irse al rincón de pensar pero ya. Más allá de eso, tras la lección de El Drogas, la oscuridad se hizo presente pero los sonidos siguieron brillando.

Como era de esperar, Lydia Lunch –que prohibió hacer su trabajo a los fotógrafos de prensa– causó división de opiniones en un concierto que fue por los derroteros esperados, aunque no tal vez los necesarios en ese momento de la primera jornada. Tal vez por eso, muchos sacaron los codos en el Trashville para encontrarse con unos The Kaisers mucho más acordes con el momento y el lugar. Aún así, la de Rochester cumplió con una propuesta que o engancha o expulsa.

Ahí llegó uno de los momentos más esperados para la gran mayoría. Rancid está, de nuevo, en un gran momento de forma y de principio a fin, recuperando temas de otras épocas pero también con composiciones más actuales, se metieron a todo el recinto en el bolsillo. 

108

En imágenes: Los grupos de este primer día del ARF 2023 Josu Chavarri/Jorge Muñoz/Alex Larretxi

El grupo acertó de pleno y supo hacer lo más complicado, máxime en un festival, dejar a gente que ya llevaba horas en Mendizabala con ganas de bastante más. Compactos, manteniendo una buena relación siempre con los presentes pero sin soltar chapas sin sentido, bien engrasados en todos los aspectos, los californianos acertaron de pleno, superando incluso las expectativas de sus más fieles seguidores. Qué fácil parecen las cosas cuando se saben hacer de la manera adecuada.

Monster Magnet

Eso sí, quedaba la traca final, a pesar de que algunos en el recinto ya empezaban a flojear de fuerzas y no todo el personal pudo aguantar. Ahí aparecieron Monster Magnet, viejos conocidos de la capital alavesa. Otra actuación que, en un escalón diferente, fue un acierto de principio a fin, tanto que más de uno, que tenía ganas de pillar cama rápido, apostó por aguantarse las ganas y quedarse. Sin duda, acertó. Igual que los de Nueva Jersey. La experiencia es un grado y máxime en un cierre como este.