A principios de este año, con las salas de conciertos cerradas en Euskadi y los actos culturales muy condicionados por las restricciones derivadas de la pandemia, parecía un imposible llegar a este momento. Si ha habido una imagen repetida una y mil veces durante este Azkena Rock Festival que ya es historia es la de gente abrazándose, emocionándose. Incluso hubo quien el jueves, al entrar al recinto, besó el suelo de Mendizabala.

Por encima de todo, de cualquier valoración cuantitativa o cualitativa, esta edición de 2022 termina con unas magníficas sensaciones solo por el mero hecho de haberse podido llegar a celebrar. 

Los días 15, 16 y 17 de junio de 2023, el evento volverá –los bonos estarán a la venta a partir del 20 de julio–, sin perder de vista que la música en directo no solo se vive en un festival, crece y se mantiene gracias al trabajo que muchos escenarios hacen a lo largo del año. Vitoria es un claro ejemplo de ello. Pero antes de seguir disfrutando de los sonidos bien sea en un formato o en otro, es momento de analizar lo acontecido este año entre el jueves y el sábado.

En cuanto a los números, según los datos de la promotora Last Tour, este ARF se cierra con 48.000 espectadores, entre 2.000 y 3.000 más de lo esperado. Estas cifras se acercan al récord de 2011, la penúltima ocasión en la que el evento duró tres días antes de que la crisis económica se llevase por delante esa jornada. Además, ha crecido y mucho el uso de la zona del camping –al borde del lleno–, así como la presencia de menores acompañados.

Hay que evaluar bien esto en un momento en el que la sobresaturación de oferta –generada a consecuencia de la pandemia y de la reorganización de las giras paralizadas en 2020 y 2021– está llevando a cancelar o aplazar no pocos conciertos ante la escasa respuesta, en algunos casos, a la venta anticipada.

En lo que se refiere a lo que es importante de verdad, la música, el certamen termina con buenas sensaciones, más allá de que el covid, de nuevo, ha condicionado y mucho la configuración del cartel.

Patti Smith y Adia Victoria

Para la historia del evento queda la actuación de una Patti Smith que en sus redes sociales no ha parado de dar las gracias al festival y a la ciudad por lo vivido el sábado por la noche. Eso sí, el recuerdo de ese recital no es lo único reseñable de estos tres días. No sería justo olvidar los pasos, por ejemplo, de Michael Monroe, Social Distortion, The Afghan Whigs o Dewolff, aunque cabe reseñar que en un festival donde siempre hay sorpresas, la de Adia Victoria ha sido la más destacada.

Seguir sumando detalles en el recinto, resolver los problemas de sonido del segundo escenario en un par de conciertos, armar un buen cartel para 2023... Nunca faltan deberes por hacer. Pero ahora, lo imprescindible es destacar el valor del reencuentro.