La danza, una forma de vivir dentro y fuera de Álava

“Va a ser especialmente interesante que el público pueda recibir ciertas perlitas de gente que hace cosas diferentes en torno al cuerpo y al movimiento”, apunta Noemí Viana. Así va a suceder este lunes en el Félix Petite (centro cívico Ibaiondo), donde actuarán tanto ella como Garazi López de Armentia, Gurutz & Aiala, Claudia Arrue y Adur Ballarín. Son las y los protagonistas de la tercera edición de la gala de danza Km0, que arrancará a las 19.30 horas. Será una nueva oportunidad para poner en valor y visibilizar el talento local, así como de devolver a la capital alavesa, aunque sea por poco tiempo, a personas que, en varios casos, desarrollan su senda vital y profesional lejos de Álava.

Casi no se conocen a nivel personal pero, en escasos segundos, en el encuentro que mantienen de manera conjunta con DNA, la conversación es fluida. La danza es un lenguaje que une al instante. Desde estilos y trayectorias diferentes, comparten cartel este lunes para ofrecer al público piezas individuales de unos ocho minutos que terminarán por configurar un todo marcado por la variedad.

El encuentro con el público

“Es un reto interesante porque te enfrentas a un escenario desnudo, que, además, es grande; estás sola y tienes ocho minutos para vivir un momento que va a ser, al mismo tiempo, arriesgado e íntimo”, explica López de Armentia, quien representará Hanhemen.

Aiala Larreina y Gurutz Larrea serán los únicos que bailarán juntos. “No nos queda otra haciendo lo que hacemos”, sonríen. En Entzuten duguna darán unas pinceladas de ese recorrido que llevan años desarrollando en torno al lindy hop y el authentic jazz, y que les llevó a asentarse en Madrid hace ya unos nueve años. También por esta ciudad transcurren algunos de los pasos de Claudia Arrue, que va a presentar Barbie culturista. “Ahora estoy con algo más denso, por decirlo así, y está siendo divertido salirse de ahí por venir a esta propuesta”, describe. En parecidos términos se expresa Adur Ballarín. “Ha sido una oportunidad para detenerme un poco en los proyectos que estoy desarrollando y cuál podría encajar mejor”. Al final se ha decidido por Y si creamos un mundo que sea justo porque si no es cómo te voy a amar cuando mueras y otras formas de volverse río y terminar una vida.

Como un “auto-homenaje” presentará Viana Recordar. “Llevo más años viviendo fuera de Vitoria que aquí. He bailado muy poco en la ciudad y casi siempre ha sido a través de otras compañías o proyectos. Por eso ahora he querido revisitar cosas que he hecho a lo largo de mi vida” y compartirlo con quienes acudan este lunes a la propuesta diseñada por la compañía gasteiztarra Proyecto Larrua, contando con el respaldo del Ayuntamiento de la capital alavesa.

Desde aquí

Un día de actuación especial por el formato y las fechas. Así es esta gala. Pero también es una jornada, como recuerdan quienes toman parte en ella este año, que es una manera más de reconocer “que aquí hay gente con talento, que hace cosas interesantes y que es necesario poner en valor. Somos artistas y salimos de Vitoria”.

Intérpretes y creadoras que, en varios casos, también están involucradas en la gestión cultural y en la enseñanza de la danza. “Nos gustaría bailar más, pero...”, apuntan Larreina y Larrea. “Pero es la forma que tenemos también de... comer. En la balanza, muchas veces, el baile no tiene tanto peso como nos gustaría, pero empiezas en esto porque te gusta bailar y eso es lo que te hace seguir tirando hacia delante”. 

Todo ello en un sector profesional que no es nada sencillo. La inestabilidad laboral y la precarización están al orden del día. Sin embargo, “la danza es una forma de vivir”, como subraya López de Armentia. “Es lo que me ayuda a entender cómo vivir. Me da herramientas para la vida y es lo que hace desarrollarme como persona. Dejar eso sería como abandonarme a mí misma”. En similares términos, Viana recuerda cómo llegó a la danza de una manera “muy casual y tardía”. Ella venía del deporte, pero estando en Lisboa, con 25 años, “en un momento que estaba probando diferentes cosas, conocí la danza y pensé: cada vez que hago esto me siento bien. Es la felicidad, es el estar bien, es el sentirme tranquila”. 

Las nuevas generaciones

“A mí me hubiera servido de mucho que cuando estaba empezando alguien me hubiera dicho lo que yo he aprendido con el paso del tiempo, es decir, que la danza se puede vivir de muchas maneras”, comenta Arrue. Es una idea que comparten quienes están alrededor de la mesa en la cafetería Virgen Blanca. “A mí se me impuso una forma de vivir con la danza que solo suponía realizar un camino. Eso me generó ansiedad”.

Por fortuna, “sales de ese ámbito en el que estás, conoces otras cosas y ves que hay muchas maneras de vivir la danza, desde muchos lugares”, apunta quien, como varias de las personas que protagonizan este lunes la gala, también se dedica a la docencia cultural. “Cuando acabas la formación, se supone que vas a ser bailarina si trabajas en una compañía con un nombre”, explica López de Armentia. Parece que salirse de eso trae consigo la palabra fracaso. “Pero te vas dando cuenta que hay más formas de vivir la danza, que también pueden pasar por la maternidad, por dedicarte a la docencia, por...”.

A todo ello, Ballarín suma otra recomendación importante para las nuevas generaciones. “Les diría que prueben de todo; por ejemplo, que hagan teatro”, que no tengan prejuicios e incluso que “hagan cosas que en principio no les gusten”. A eso se suma el hecho de apostar por saber quitarse presión. “A veces parece que hay que llevar una disciplina temporal que no se puede mover. Da la impresión de que si te tomas un respiro un mes, de repente ya no eres bailarín. Yo busco una relación mucho más fluida” con la danza. Por eso recomienda “encontrar un equilibrio que le sirva a cada persona, que haga que viva esto de una manera fluida y sostenible”, porque “también hay que comer”.

De todas formas, seguramente el mejor consejo que puedan dar a cualquier persona que quiera hacer su camino en la danza pase por ir a compartir este lunes la gala que protagonizan en Ibaiondo. Será la oportunidad de ver y compartir formas y maneras distintas. Igual sucederá con el público, con espectadores y espectadoras con las que Proyecto Larrua lleva ya años desarrollando proyectos de mediación y acercamiento. Así se visibilizará en un montaje en el que también habrá tiempo para las sorpresas y para el reconocimiento público a una personalidad de la escena alavesa. Pero, de momento, ese es un secreto que tendrá que esperar.