Son varias las facetas creativas que configuran a Natalia Suárez Ortiz de Zárate. En la capital alavesa, en su ciudad natal, ha dejado buenas muestras de ello con exposiciones como Diente de leche –que se pudo ver hace unos tres años en Montehermoso– o producciones escénicas como Platea –representada por Tripak en 2023 sobre las tablas del Jesús Ibáñez de Matauco–, sin perder de vista su faz de gestora cultural, en este caso del espacio Kampai, ubicado en su Bilbao de residencia. Es su rol de pintora la que ahora pide paso. Lo hace desde Donostia, donde este mismo viernes se inaugura La escena oscura. Ella despierta.
En concreto, la muestra se va a poder ver hasta el 1 de marzo de 2026 en San Telmo. Lo hace gracias a Artea abian, iniciativa del museo y Kutxa Fundazioa para ofrecer apoyo y respaldo a artistas que, encontrándose todavía en los primeros años de su trayectoria profesional, cuentan con la experiencia suficiente como para afrontar una presentación monográfica de su obra, según explican ambas entidades.
Propuesta
La exposición reúne obras de 2024 y 2025. En concreto son siete pinturas de gran tamaño y 32 dibujos más pequeños. Se trata de una muestra que se presenta bajo un título del que se “desprende un tono teatral o de guion, como anunciando una acción que está a punto de suceder”, explica la autora. “Se menciona un personaje femenino, y quien quiera podrá vincularlo a las figuras que aparecen en los cuadros, o a la propia artista, o no; es una sugerencia de ficción frente a lo concreto, frente a lo que se ve”.
Las obras que componen esta exposición en San Telmo surgen, en parte, del intento de trasladar la energía e inmediatez del dibujo al proceso más lento y acumulativo de pintar al óleo, según describe la artista. En los lienzos aparecen entramados de líneas rascadas con el pincel, y planos gruesos de pintura sosteniendo esa maraña y definiéndola como figura. El fondo, invertido, toma el primer plano.
Diversos deseos y derivas no tan controladas del proceso hacen que se elija un tipo de trazo u otro, una combinación cromática concreta, etc. A pesar de lo accidentado de todo, hay una búsqueda consciente de movimiento en la imagen, de humor, de romanticismo, de lo “bello” pero también de lo contrario: lo poco apetecible, lo raro, lo que produce ligera repulsión. Es, por tanto, "un empeño por contener y tensionar todo eso".
A partir de ahí, de todas formas, el desarrollo de la producción artística queda en manos de las personas que acudan a ver la muestra en la capital guipuzcoana, que serán quienes se dejen atrapar por la propuesta generada por la creadora gasteiztarra.