“El show que hago es muy físico; me dejo el alma ahí. La verdad es que en cada bolo que hago, muero 10 minutos”. Lo cierto es que Grison Beatbox no para. Este pasado fin de semana ha sido otro ejemplo más con actuaciones en Orihuela y Murcia. En el poco tiempo libre que le deja su trabajo en el conocido programa de televisión La Revuelta, él se recorre escenarios de aquí y de allá con la música y la comedia en la maleta. En la capital alavesa ya ha demostrado esa energía que derrocha sobre las tablas. Lo va a hacer de nuevo este domingo. 

En concreto, Marcos Martínez llegará a la sala Jimmy Jazz para presentar En bucle. Está previsto que el escenario de la calle Coronación abra sus puertas a las 19.00 horas, dando comienzo el espectáculo unos 60 minutos después. Todavía quedan algunas entradas a la venta para poder dejarse llevar por una propuesta “en la que yo me lo paso muy bien y creo que la gente también”, sonríe. “Me dejo el alma en cada actuación, eso es así, pero en realidad esto me lo tomo como un trabajo vacacional: salgo un poco, hablo con la gente y el bolo me ayuda a hacer un poco de cardio”, ríe.

Música con la boca

Tres son los elementos básicos que se unen en la aventura que propone Grison al público. Por un lado, el beatbox, es decir, la creación de sonidos musicales utilizando la boca, la lengua, la nariz y la voz. Por otro, el uso de loop para grabar y repetir esos sonidos creados por él. Con esto va generando canciones, temas en los que hay mucha improvisación, risas, cachondeo, público que se suma de manera activa para cantar y contar chistes... “El ser humano es bastante más predecible de lo que pensamos. Hay patrones que sabes que se van a repetir y con los que juegas, aunque al público le de la impresión de que lo que haces lo estás improvisando”.

Para llegar a eso, claro está, tiene que haber mucha experiencia detrás, como es el caso de Grison, aunque el músico reconoce que hay un factor que le ayuda bastante a la hora de salir al escenario: su trabajo antes en La Resistencia y ahora en La Revuelta junto a David Broncano y Ricardo Castella. “La primera risa la tienes asegurada. La gente ya te conoce de la tele y tienes como un poquillo más de permisividad por parte de la gente”. Con todo, en cada actuación “te tienes que meter al público al bolsillo. Yo lo que suelo hacer es mostrar desde el principio mis cartas e invitar a jugar”.

Bajar el ritmo

Durante muchos años, para llegar al nivel de perfección que ahora muestra con el beatbox y el loop, Grison ha estado “entre cinco y ocho horas todos los días para ensayar a fondo”. Tanto esfuerzo tiene su recompensa. “Ahora lo tengo muy interiorizado. Además, estoy prácticamente todos los días subido a un escenario. Eso te da tablas para saber resolver situaciones que no te esperas o fallos que tenga el loop o cualquier cosa que pueda pasar”.

Grison Beatbox en el parque de El Prado Jorge Muñoz

La respuesta del público se muestra a las claras en la taquilla. El éxito de su propuesta es más que evidente, aunque la exigencia de su agenda laboral actual está llevando al músico a plantearse un 2026 un poco más comedido. “Haré una gira nueva pero voy a hacer actuaciones contadas. Necesito hacer menos fechas”, sobre todo teniendo en cuenta la exigencia física y mental que supone su propuesta en directo, sin perder de vista su labor en la pequeña pantalla.

Al fin y al cabo, todo suma. “Mi vida es como un gimnasio al que voy todos los días para hacer tablas”. De momento, este domingo, su unión de música, improvisación y humor regresa a la capital alavesa, donde ha estado actuando bajo techo, pero también en plenas fiestas de La Blanca al aire libre.