“No hay drag queens que hagan canciones para txikis pero es algo muy interesante”
Yogurinha Borova comparte este domingo en Izaskun Arrue Kulturgunea el espectáculo familiar ‘Amona Molona’
Yogurinha Borova es imparable. Este domingo regresa a la capital alavesa. Eso sí, lo hace para mostrar otra de sus múltiples caras. Antes de la pandemia lanzó Sentipenak askatu, una canción para hablar de diversidad con el público infantil. Ahí se abrió un camino “muy chulo” que se ha ido trufando de nuevos temas y de espectáculos como Amona Molona.
Con esta propuesta bajo el brazo, acude este domingo a Izaskun Arrue Kulturgunea. En concreto, la cita en el espacio de la calle Herrería se va a producir a partir de las 12.30 horas, quedando algunas entradas disponibles pero tampoco muchas. “Sentipenak askatu me cambió la vida; descubrí un mundo chulo y fascinante que me posibilitaba llevar a niños, niñas y niñes canciones sobre la diversidad”. Todo ello sucede en una propuesta muy participativa, dinámica y divertida.
“Sentipenak askatu’ me cambió la vida; descubrí un mundo chulo que me ayuda a llevar al público infantil canciones sobre la diversidad”
Así lo explica Yogurinha Borova, que tiene muy claro que en este encuentro con el público infantil “yo estoy aprendiendo muchísimo”, también al trabajo que está desarrollando junto a profesionales y personas expertas en cuestiones relacionadas con la educación. Con todo, reconoce que “no creo que haya en el mundo drag queens o travestis que hagan canciones para peques; no sé si soy la única o de las pocas, pero lo cierto es que es un trabajo muy, muy interesante”.
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Diversidad, bullying...
En su camino junto al público más joven, Yogurinha Borova trata temáticas actuales, que tocan de manera directa a quien se dirige con sus canciones. “Tratamos todo después de haber hecho un trabajo previo importante con gente que sabe y nos asesora. Además, en los espectáculos voy entrando suavecito; de todas formas, los peques gestionan las cosas mejor de lo que pensamos. A partir de ahí, son muy sinceros”.
Asegura que es un público que “te sorprende muchísimo”, al tiempo que recuerda que “Carl Sagan dijo una vez que los niños son los únicos que hacen las preguntas de verdad como, por ejemplo, ¿esto por qué es verde?”. Eso sí, sus reacciones también son sin tapujos. “O les gusta o no, no hay termino medio. Y te lo hacen ver”, sonríe. Claro que la experiencia de estos años está demostrando que propuestas como Amona Molona enganchan y que canciones como Sentipenak askatu se escuchan en las ikastolas. “Un día en el Casco Viejo de Bilbao se me acercó una amatxo para decirme que su hija escuchaba mis canciones y que las pedía. Y eso, para mí, fue algo muy bonito”.
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Una nueva senda
Son reacciones que están confirmando esa idea que tiene Yogurinha Borova de apostar por seguir ahondando en su relación con el público infantil. “Con 56 años me apetece cambiar ya un poco de ritmo de vida y buscar otros caminos que recorrer”. Se van dando pasos poco a poco –“tampoco tengo la discografía de Rosalía”– junto a unos “peques que son muy exigentes”, aunque, en realidad, no paren de bailar con ella.
Sabe bien, de todas formas, que entre las personas adultas sigue habiendo prejuicios. “Me encanta Porrotx, no me entiendas mal, pero él se pone una peluca y se pinta, y nadie lo cuestiona porque aparece como hombre; sin embargo a mí... Y eso que en este caso no sexualizo el personaje ni hablo de sexualidad; es simplemente bailar, divertirse y compartir nuestra diversidad”.
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En ese marco, “estoy viviendo cosas que no esperaba” como que “un monitor de peques con autismo me diga que tres de sus chicos están fascinados con mi música y que si les puedo hacer un vídeo” o que le llegue que un niño hiperactivo “que no debe parar ni 5 minutos quieto debió de estar los 50 de mi espectáculo a las canciones y bailar”.
