El artista vitoriano Casto Solano ha instalado dos esculturas en Port Coquitlam (Canadá), en homenaje al héroe canadiense Terry Fox. Solano es el creador de varias de las esculturas más populares de Vitoria, como el 'Torero' de la calle Dato; el 'Pensador Niño', en la Plaza de los Celedones de Oro; el 'Hombre con arco iris' de la Plaza Amárica o el 'Ken Follet' de la Catedral Santa María.
Ahora acaba de inaugurar su nueva obra, 'Gateway of Giants' (Puerta de los Gigantes), que consta de dos esculturas instaladas a lo largo del camino que lleva a la entrada del centro comunitario de Port Coquitlam, donde creció Fox.
La primera escultura es una silueta recortada de acero desgastado de 5,5 metros que se inspira en una fotografía de Terry entrenando al aire libre durante sus años universitarios tras su amputación.
La segunda escultura es una estatua de bronce de tamaño natural, de poco más de un metro y medio de altura, que representa a Terry en su adolescencia.

Es un homenaje al héroe nacional canadiense, Terry Fox (1958-1981), un joven que sufrió la amputación de una pierna con 18 años por un cáncer y decidió correr un maratón cada día -ya con una pierna ortopédica- para apoyar la investigación de esta enfermedad. Fox recorrió 5.373 kilómetros duarte 143 días a lo largo de Canadá, hasta que tuvo que parar porque el cáncer se le reprodujo.
Maratón de la Esperanza
Aunque no pudo completarla, la llamada “Maratón de la Esperanza”, como Terry la bautizó, fue un rotundo éxito. Mientras él seguía corriendo, se recaudaron 1,7 millones de dólares, pero poco después la cifra se disparó hasta superar los 24 millones que se había propuesto. Sin embargo, su logro no fue solo económico: su gesta transformó para siempre la manera en que se percibe el cáncer y cómo enfrentarlo, no solo en Canadá, sino en todo el mundo.
Para los canadienses, Terry Fox es un verdadero héroe nacional, y su nombre se ha convertido en un símbolo global de la lucha contra el cáncer. "Rara vez, en la vida de una nación, el coraje de una persona logra unir a todo un pueblo para celebrar su vida y lamentar su muerte. No lo veo como alguien derrotado por la adversidad, sino como un ejemplo del triunfo del espíritu humano", expresó el ex primer ministro Pierre Trudeau ante el Parlamento, tras su fallecimiento el 28 de junio de 1981, a los 22 años.