Ya sea en el Principal o ahora en el Europa, al Festival de Jazz siempre le gusta en su segunda sede contar con propuestas diferentes en distintos sentidos, abriendo de manera importante el abanico de propuestas que pueden ir más allá de su casa de referencia, es decir, Mendizorroza. Este 2025 está siendo un buen ejemplo de ello, con un cartel en el que dejar las puertas abiertas de par en par a nombres y proyectos más preocupados por investigar, experimentar, probar y jugar, sin la idea de tener, por obligación, que llegar a lo que se entiende como gran público. En ese marco, a la capital alavesa ha acudido este jueves Juan Saiz, músico cercano que, sin embargo, cuesta ver por estos lares. A veces, demasiadas, a los programadores les cuesta si el apellido no viene de lejos.
Más allá de estas cuestiones, el palacio de congresos ha vivido su cuarta cita con el público –la segunda en horario de tarde– de la mano del creador santanderino, que tiene a sus espaldas una más que consolidada trayectoria, un camino en el que el saxofonista y flautista va con paso firme siguiendo el mapa del jazz pero también del folk sin dejar de mirar a otros géneros. Por eso es capaz de mostrar diferentes caras y, sin embargo, en todas ellas ser identificable como autor.
En compañía
Por supuesto, es imposible atrapar todas ellas en un único concierto, aunque Saiz ha querido dejar en su paso por el festival una buena muestra de su momento actual, una propuesta en la que ha estado acompañado por el pianista Xavi Torres, el contrabajista Manel Fortià y el baterista Genís Bagés.
El público, tal vez algo menos numeroso que en las jornadas precedentes, ha entrado,sin problemas a su invitación para dejarse llevar. Un viaje que ha terminado como debe, es decir, dejando ganas de más, tras despedirse del público con un bis, El grito.