Está Eh, Mertxe! en plena celebración de sus diez años de camino. La banda nacida en Oion llega este sábado a la nueva edición del Azkena Rock Festival, un certamen en el que muchos años sus componentes han sido parte del público. Ahora toca estar sobre los escenarios de Mendizabala. La capital alavesa espera.

¿Un bolo más, es actuar casi en casa, es un festival importante... cómo vive el grupo su presencia en el Azkena Rock? 

–Lo vivimos como un regalo. Hay gente que nos dice: menuda oportunidad. Pero nosotros lo tomamos como un regalo a los diez años que llevamos como banda. Es seguir juntos, estar con nuestros amigos de Rioja Alavesa y poder subirnos a ese escenario ante el que hemos estado tantas veces de público. Por eso te decía que lo vemos como un regalo a la trayectoria de estos diez años. Vamos con muchísimas ganas, a disfrutarlo.  

Primer concierto del sábado

Les toca abrir el sábado, es decir, que el tiempo de actuación es limitado. ¿Cómo tienen planteada la actuación? 

–En nuestro caso, el tiempo no es tan limitado. Somos partidarios de que el rock and roll sea rápido y sin descanso. Es algo que nos encaja con los conciertos que nos gusta ver y hacer. Hay muchas veces que te encuentras con conciertos que duran un montón y que no los aguanta nadie. Así que, en nuestro caso, no afecta tanto el límite del tiempo. Nosotros vamos muy contentos y motivados para intentar dar la mayor zapatilla posible en el tiempo que tengamos.

"Ahora venimos de grabar de Italia, donde hemos estado trabajando con Brown Barcella. Estamos muy contentos con la labor que hemos podido desarrollar"

¿Con el último disco o...?

–Sí, la idea es ir con las canciones que más nos representan ahora, en el momento en el que estamos. Queremos que las canciones las conozca más gente. Puede que el concierto sea el sábado a primera hora, con lo que eso supone, pero habrá gente en Mendizabala y habrá quien no nos conozca o no haya escuchado estos temas. Además, no todas las veces tienes la oportunidad de subirte a un escenario así y de sonar como lo vamos a hacer en el Azkena

Todo esto llega en un momento en el que la banda está celebrando sus diez años de andadura, que, pandemia incluida, se dice pronto. ¿Imaginaba que el proyecto iba a llegar hasta aquí? 

–Si nos ponemos a mirar atrás, te diría que no. Nuestra vida no se sustenta con la música y hay que tomar decisiones personales para apostar por el proyecto. Eso supone dejar de lado cosas que una persona coherente haría (risas). En nuestro caso, hemos decidido mantener el proyecto y comernos muchísimos kilómetros. Y, de hecho, los tres últimos años han sido los más activos de la banda y aún no hemos pisado el freno. Desde finales de 2022, esto está siendo muy intenso. Hemos hecho mucha carretera y, además, da la sensación de que eso no va a parar. Cada vez estamos haciendo las cosas que más nos gustan, encontrando el sonido que queremos. Durante años hemos ido por el bosque de la música que nos gusta con el machete en la mano y ahora parece que hemos encontrado el lugar en el que estamos más cómodos.

Atrás queda ‘Una banda de mierda en una época de mierda’.

–(Risas) Eso va dentro, en nuestro corazón. Una banda de mierda, al final, no deja de ser una banda sin recursos, una banda que no tiene una pretensión de hacer vida de la música sino vida por la música. En ese camino sí que estamos desde el principio. No vivimos económicamente de esto pero viendo el trote que llevamos en los tres últimos años, vemos que salir de esa categoría de banda de mierda sería salir de nuestra vida. A nosotros nos gusta recorrer kilómetros, conocer diferentes proyectos y seguir con nuestra música por pequeña que sea. Una persona que piense en un proyecto musical con un objetivo económico, nos colgaría de un árbol al conocernos (risas).

Nuevo disco

Tanto directo y tantos kilómetros... ¿y el estudio? 

–Ahora venimos de grabar de Italia, donde hemos estado trabajando con Brown Barcella. Estamos muy contentos con la labor que hemos podido desarrollar. De momento, no podemos decir mucho de fechas y demás. Pero sí que en nuestro local hay otra frescura.

Eh, Mertxe! Cedida

Sí porque a las canciones uno les toma cariño pero siempre quiere material nuevo... 

–Sí, sí. Tú también vas cambiando con el tiempo y te apetecen canciones nuevas, aunque sea todo siempre dentro del mismo estilo. Siempre te da una chispa seguir creando, creciendo y, sobre todo, seguir pasando tiempo con mis amigos.

Diez años de banda no se cumplen todos los días. ¿Una buena fiesta? 

–Sí, sin duda. Cuando estábamos pensando en qué hacer con lo del décimo aniversario, Iosu, el batería de la banda, decía que un grupo no es tal hasta que cumple diez años (risas). Ahora que llegábamos nos preguntábamos qué hacer para celebrar que ya éramos una banda según su criterio. Y montamos un festival al que llamamos a bandas que nos encantan de Valencia, Málaga y Madrid y nos montamos en Logroño un fiestón. Hubo copas, aventuras para no contar y mucha diversión. De hecho, ya tenemos a la gente diciendo que vamos a ver cuándo se monta lo siguiente (risas). Parece que quieren un aniversario cada mes, pero creo que nosotros tendremos energías dentro de otros diez años. 

Por cierto, volviendo al Azkena. ¿Ganas y tiempo para ver algo como público? 

–Yo, personalmente, me estoy organizando para ir todos los días. Lo que pasa es que no sé cómo sentiré cuando vea el escenario en el que vamos a tocar desde abajo. Es el canguele que me está entrando ahora. Llevamos años viendo en el ARF a bandas que nos encantan y este año también las hay. Están The Damned, The Chesterfield Kings, Diamond Dogs, Dead Kennedys... Bueno, o bandas de aquí como Ezezez y Libe.