Desde el interior del Ayuntamiento de Vitoria hasta la calle Eduardo Urarte de Urturi. El rodaje en tierras alavesas de Innato está recorriendo un amplio abanico de localizaciones, espacios en los que Elena Anaya, Imanol Arias, Emma Suárez y el resto del equipo de la serie están dando forma y fondo a la creación de Fran Carballal y Enrique Lojo. El próximo día 18 se pondrá punto final a una labor que arrancó en marzo en Madrid y que a finales de abril llegó al territorio, usando como escenarios sitios de Kuartango, el Parque Tecnológico de Álava en Miñano, Maeztu o Marieta, entre otros.
Bajo la dirección de Lino Escalera e Inma Torrente, el trabajo encara ya su recta final después de más de un mes de labor en Álava. El resultado final serán ocho capítulos de 45 minutos cada uno que irán relatando este thriller creado Plano a Plano y cuyos derechos exclusivos de streaming para el territorio español han sido adquiridos por Netflix.
La intriga
La producción, que tendrá en Dynamic Television a su distribuidor internacional– cuenta la historia de Sara (Elena Anaya), una psicóloga que ha dejado atrás un traumático pasado como hija de Félix Garay (Imanol Arias), un asesino múltiple bautizado en su momento por la prensa como El asesino del gasoil. Hoy, la vida idílica que Sara ha construido, junto a su marido Aitor (Roberto Álamo) y su hijo adolescente Sebas, se tambalea cuando Félix es liberado de prisión, coincidiendo con una nueva ola de crímenes que parecen replicar los asesinatos perpetrados 25 años atrás.
“Todos los días encendemos la televisión y aparecen cuatro psicópatas primarios que no asesinan con sus manos pero provocan genocidios”
“Cuando eres la hija de un asesino, lo eres para siempre”, apunta Elena Anaya sobre su personaje, mientras hace un pequeño parón en el rodaje entre las paredes del restaurante y bar Garimotxea. “No soporta ser más eso” y por eso se decide a cambiar de identidad y “comenzar una nueva vida” que se sostiene “en las mentiras constantes” de una mujer que estudia Psicología “porque le preocupan mucho los transtornos mentales, entre ellos, la psicopatía que sabe que tiene su padre”.
Este mismo año, en verano, Elena Anaya y Emma Suárez van a volver a trabajar juntas en otra película que se va a rodar en Vitoria
Sara, que lleva años mintiendo a su familia sobre su pasado, tratará de colaborar con la policía, sobre todo con la inspectora Arias, estrechamente vinculada al caso desde su origen. “Es una mujer que lleva muchos años en esta investigación; es un caso muy importante para ella, de esos que han marcado su trayectoria”, explica Emma Suárez, que da vida a la agente en la actualidad, mientras que en su versión un cuarto de siglo anterior ese rol lo lleva Aura Garrido.
Sara, de todas formas, no sabe que su hijo Sebas ha averiguado por su cuenta la verdad sobre su abuelo y hace tiempo que está obsesionado con su historia. El mundo de Sara se desmorona cuando sospecha que, esta vez, no es su padre sino su propio hijo quien puede estar detrás de lo sucedido.
Innato es un thriller psicológico que aborda un profundo debate en torno a la culpa, el castigo y el perdón que quiere cautivar a la audiencia con su intensidad. Todo ello protagonizado por un personaje siniestro que fue juzgado y encarcelado por tres crímenes terribles. Eso sí, como comparten Anaya y Suárez, “todos los días encendemos la televisión y aparecen cuatro psicópatas primarios que a lo mejor no asesinan a personas con sus manos pero provocan genocidios y guerras tremendas”.
El rodaje
“Es una serie bien dirigida e interpretada”, subraya Suárez, quien, como Anaya, señala de inmediato la presencia de un Imanol Arias con el que ambas han compartido pantalla. La primera, sobre todo, en la serie Querido maestro. La segunda en su película de debut como actriz, África. “Volver a trabajar con Imanol está siendo delicioso”, dice Suárez. “Me he reencontrado con el mismo Imanol de siempre”, sostiene Anaya.
Un trabajo conjunto que tiene a Álava como escenario fundamental, aunque en la serie no se identifica como tal, más allá de que sí queda claro que la acción sucede en un lugar de Euskadi. Por cierto, que este mismo año, en verano, Elena Anaya y Emma Suárez van a volver a trabajar en otra película que se va a rodar en Vitoria.
“Este trabajo tiene algo maravilloso y es que te da la oportunidad de llegar a lugares que son paraísos secretos como nos está pasando en Álava. De hecho, he conocido taxistas de Vitoria que han venido a buscarme a Urturi y me han dicho que no habían estado aquí nunca”, sonríe Suárez, que asegura que “estoy deseando volver pero sin trabajar; ayer –por el lunes– me quedé sola en la casa rural de aquí con un libro y ante el fuego. Fue maravilloso”.
A la actriz, de hecho, le quedan todavía unos cuantos días en tierras alavesas ya que va a estar aquí hasta el 18, cuando está previsto que la grabación termine. Anaya marchó ayer a Madrid dentro de ese “ir y venir” continuo para el reparto. A ella, por cierto, no se le olvida cuando estuvieron rodando en el Consistorio de Vitoria. Pero no por la coincidencia con San Prudencio, sino por el apagón, otro misterio por resolver.