“Es un sueño que acariciaba desde hace mucho tiempo y que ahora se hace realidad”. Son palabras del actor, director y dramaturgo vitoriano Iker Ortiz de Zárate el 27 de octubre de 2005. Ese día se presentaba en sociedad de manera formal Ortzai, una nueva propuesta escénica nacida en y desde la capital alavesa con un doble objetivo. Por un lado, el de ser un centro de formación por el que han pasado cientos y cientos de personas en este tiempo, incluyendo algunos nombres hoy muy reconocidos como Patricia López Arnaiz y Susana Abaitua. Por otro, el ser una compañía con una producción estable, y aquí sería también interminable el listado de títulos compartidos con el público. Desde aquel momento hasta hoy han pasado 20 años, dos decenios a celebrar y subrayar, un camino que se sigue construyendo en el presente mirando al futuro. 

“En aquel momento todo era bonito. Todo era ilusión e ir hacia delante. Volvía aquí después de muchos años fuera, con todo lo que me habían aportado mis profesores, mis directores, mis compañeros y lo que había vivido, y era empezar algo con toda esa ilusión y ese aporte. No había más que ganas y mucho amor por lo que se hacía, así como apoyo por parte de las personas de alrededor”, recuerda ahora el intérprete cuando se le pide echar la vista atrás, a aquellos comienzos en los que el proyecto daba sus primeros pasos, todavía sin una sede fija.

“El único propósito es seguir siendo útil y poderlo hacer con un poco más de tranquilidad y desahogo”, explica Iker Ortiz de Zárate

Ahí apareció Javier Etxagibel –“coindimos en una emisora de radio y fue él quien se ofreció”– y el proyecto arrancó desde las instalaciones de los cines Florida, aunque ya en 2007 se trasladó a su sede definitiva, ubicada en la calle Pintorería. “La idea era hacer un trabajo unitario entre la parte formativa y de compañía, dentro de las posibilidades reales del proyecto teatral. Era tener una casa en la que pudiéramos aprender de todos, trabajar juntos e ir haciendo”.

‘¿Y ahora?’. Cedida

Talento

Nacía así Ortzai, una apuesta bautizada así casi por casualidad. Cuando Ortiz de Zárate estaba en Reino Unido fue protagonista de Under the Sun, de Michael Winterbottom, un trabajo compartido con intérpretes como Kate Hardie, Caroline Catz. Antonina Tramonti. Pero el apellido compuesto del alavés era muy largo en comparación con los de sus compañeros y compañeras de elenco, así que se le pidió acortarlo para hacer los créditos. “Me plantearon ponerme Iker Ortiz o Iker Zárate, que es al final como apareció. Para eso pensé que mejor Iker Ibáñez, pero Teresa dijo que no y a ella se le ocurrió que podía contraer los apellidos y aparecer como Ortzai. Nos pareció horrible. Nos reímos mucho de la ocurrencia. Pero cuando creamos la compañía, de repente nos acordamos de aquello”. 

‘La Loca de Chaillot’. Cedida

Anécdotas a un lado, en estos años son muchas las personas que han formado parte de la gran familia del grupo gasteiztarra. “Creo que lo que se llevan es el haber tenido un lugar, una casa en la que poder desarrollar lo que ellos y ellas tienen, quiénes son y lo que poseen. Aquí han visto que era posible. La enseñanza es mutua y continua. De no haber estado esta casa, no sabes lo que hubiera podido pasar porque el talento y la naturaleza la tenían pero, a lo mejor, el camino habría sido otro. A mí me da vértigo el pensar en qué hubiera sido de algunas de las personas que han pasado por aquí si no hubiera estado Ortzai”, apunta Ortiz de Zárate. No en vano, el reputado director de escena José Carlos Plaza apunta que “ojalá en Madrid u otras mal llamadas grandes capitales tuviésemos un fenómeno social, no hay otra palabra, como Ortzai. Nuestra vida, la vida de este país, sería mejor.”

‘El Mandarín Maravilloso’. Cedida

Desde Pintorería

Más allá de las actuaciones tanto en lugares cercanos como en otros países, participando también en proyectos europeos relacionados con la escena, la compañía ha desarrollado buena parte de estos dos decenios de trayectoria desde sus locales en el Casco Viejo. “No sé cuántas horas he pasado en nuestra sede. No sé si he estado en un sitio tanto tiempo y, sobre todo, con tanto esfuerzo y trabajo”, apunta el fundador y responsable de la compañía. “Siempre ves, como en todo en la vida, margen de mejora, pero también sabes que tienes mucha suerte de poder contar con un sitio así. Si por algo piensas en ciertas carencias es porque sabes lo que podrías ofrecer de más”.

“Ojalá en Madrid u otras mal llamadas grandes capitales tuviésemos un fenómeno social como Ortzai”, apunta el director José Carlos Plaza

Espectáculos para toda la familia, comedias, dramas, lecturas escenificadas... se han ido dando el relevo en este tiempo dentro y fuera de las instalaciones de Pintorería, conformando un gran repertorio que no para de nutrirse. “Hay ciertos montajes que difícilmente se llegarán a hacer mejor, así como hay otros en los que sabes que no has llegado donde querías”, admite Ortiz de Zárate, a quien le vienen a la cabeza producciones como La loca de Chaillot, Una cadena al tobillo y Cándido. Obras en las que el grupo, además, siempre trabaja, de manera más o menos explícita según la pieza, valores sociales que defiende ante todo como la igualdad, la diversidad, la ecología… “Es algo irrenunciable”.

‘Cándido’. Cedida

También lo hizo en plena pandemia. De hecho, fue la primera compañía de Álava en recuperar su programación. “Hay cosas que no se han vuelto a recuperar”, apunta el actor y director. “Antes se decía que las personas preferían comedia. Pues eso ha ido a más. De hecho, hay proyectos en los que tenemos gran interés pero que están guardados para poder desarrollarlos algún día, pero es que el público pide comedia. El teatro, por el momento que estamos viviendo, actúa de bálsamo. Pasó con coronavirus. Nos vino mucha gente después de las comedias que planteamos a darnos las gracias porque nos decían que hacía mucho tiempo que necesitaban algo así; era gente que estaba muy emocionada”. 

‘Tartufo’. Cedida

Todo esto mientras se ha seguido, y se continua, con la labor formativa. “El teatro, el arte, no es una plataforma para tu ego. Tú tienes que ponerte al servicio de este arte. Cuando hagas esto con honestidad, tal vez tengas la suerte de estar en el momento y el lugar adecuados y puedas llegar a otro nivel que te va a hacer vivir mejor. Pero tienes que entender que esto está por encima de todos nosotros”. Así lo explica quien hace 20 años puso en marcha un proyecto que, por supuesto, también mira al futuro. “El único propósito es seguir siendo útil y poderlo hacer con un poco más de tranquilidad y desahogo, sin recurrir a la autoexplotación”.