En realidad, dentro y fuera de la Catedral Santa María se sabe que los trabajos para garantizar el presente y el futuro del templo gótico de la capital alavesa nunca podrán parar. Eso sí, hoy el edificio vive una situación totalmente diferente a la que hace 31 años obligó a su cierre.
La palabra estabilidad, en todo lo que rodea a la edificación y a la entidad que cuida de ella, se ha convertido en una constante. “Eso es bueno porque nos permite afrontar con una tranquilidad sin pausa, activa, proyectos para seguir mirando al mañana”, apunta Jon Lasa, director gerente de la Fundación Catedral Santa María.
La labor no cesa. No puede. Tampoco quiere. Cada paso que se da suma para garantizar la recuperación, restauración y rehabilitación del espacio, incluyendo los edificios de la calle Cuchillería que le son anexos. En lo que se refiere al templo gótico, son varias las labores ya iniciadas en los últimos años y meses que están en plena recta final o más que encauzadas.
Lo que ya está en marcha
Así por ejemplo se están rematando las acciones en las cubiertas, terminando de construir el anunciado nuevo mirador y culminando la iluminación de las naves. Además, otro foco de atención está siendo el pórtico, donde se sigue desarrollando el proceso de transformación para que este lugar pueda tener un uso cultural a lo largo de todo el año, algo que pasa de manera fundamental por cerrar los vanos con un sistema especial para evitar condensaciones y contar con una nueva iluminación.
Aunque hay “un ‘boom’ de la construcción” que retrasa la llegada de suministros, se espera que tras el verano esté acondicionado el pórtico
Eso sí, “está habiendo un boom de la construcción y se están retrasando los suministros. Así que este punto está siendo un poco difícil”. Con todo, se espera que para después del verano esté ya todo concluido porque “lo que queremos es que la Catedral se llene de vida y actividad, también cultural, todo el año. Todas las posibilidades que nos de el nuevo espacio, las explotaremos”, apunta Jon Lasa.
Lo que está por venir
Pero sobre la mesa de los responsables de la Catedral no faltan nuevos deberes que afrontar. Es el caso de las instalaciones eléctricas y de iluminación. Es necesario ponerlo todo al día y adecuarlo a las normativas vigentes.
Así que es necesario actualizar las instalaciones eléctricas, de iluminación y antiincendios de todo el edificio. “La Catedral tiene bastante superficie, así que es una actuación importante. Por ejemplo, tenemos muchos detectores antiincendios y hay que actualizarlos todos”.
También se va a optimizar la evacuación de visitas de la torre. Para ello, se va a hacer una escalera adicional que irá desde la sala generada encima del pórtico hasta la nave. Esto se va a llevar a cabo aprovechando los huecos ya existentes. Además, se quiere acondicionar la parte superior de la girola para que sea visitable. Ahora en este lugar hay una pasarela de obra. Se busca cambiarla por una de madera y adecuar todo para que la gente pueda acceder sin problemas completando la oferta de visitas.
La intención es licitar este año las obras para la ampliación del albergue, trabajos que se harán en época invernal, de menor ocupación
Claro que no todo ocurre en el templo. Está pendiente la ampliación del albergue. La idea es licitar las obras este año y realizar los trabajos en época invernal, aprovechando que el nivel de ocupación en el edificio de Cuchillería es menor. Todo se andará. Igual que sucedió en el vecino espacio educativo, ya en marcha y recibiendo a 7.000 jóvenes al año. “Sirve para que conozcan los orígenes de su ciudad y del edificio más emblemático a nivel religioso, artístico e histórico. Y ayuda a crear entre ellos y ellas una sensibilidad hacia el patrimonio”.