The Allnighters publica su nuevo disco, ‘Big Brother’

“Somos de una generación en la que si no tienes un disco que tocar, te falta algo. Vale, sí, es una inversión en tiempo y dinero. Pero somos así, qué le vamos a hacer. Es un trabajo duro, pero alguien tiene que hacerlo”, dice con una sonrisa Igu (Iñaki García Uriarte). Además, como recuerda Iñigo Ortiz de Zárate, “hay mercado porque todas las fábricas que hoy hacen vinilos están a tope”. Normal teniendo en cuenta que “a nivel sonoro, es mucho más fiel a lo que haces que los formatos digitales”.

Emocionarse, pensar y bailar

Son nueve las canciones –incluyendo una versión del Long Line Rider, de Bobby Darin– que dan forma y fondo a un trabajo en el que también están presentes Dani Merino, Roberto Díez, Alfonso Aranguren, Zigor Martínez Basabe y Rubén Salvador. “Nos gustaría que la gente, al escuchar los temas, se emocione con ciertas cosas, se ponga a pensar en otras y, también, le entren ganas de bailar”. Todo ello bajo la mirada de ese Big Brother que da título a la primera canción de la cara A y al disco en su conjunto.

Portada del disco, realizada por Virginia Lekuona Virginia Lekuona

“Es una canción que realmente nos gusta a todos los niveles. Recoge bastante lo que es el espíritu de los Allnighters”, apunta Igu. Por su puesto, habla de ese “control ciudadano absoluto” que parece querer imperar en estos tiempos. De hecho, en varias de las composiciones –que en gran parte llevan la firma de Ortiz de Zárate– hay una mirada a la actualidad, al uso de la mentira en la sociedad, a... “Hay temas que nacieron en la pandemia” –como Walking Dead y Headless Chicken– y ese sello se nota.

Pero también se mira a la adolescencia complicada de los hijos, a la creación en sí misma y la necesidad de sacarla hacia fuera, de la libertad... Todo ello sobre la base del sello inconfundible de la banda gasteiztarra, más allá de que haya sonidos, por ejemplo, garageros en alguno de los cortes.

“No entendemos el rhythm and blues como un género cerrado. Al contrario, lo vemos como muy abierto y con muchas aristas. Pueden hacerse muchas cosas dentro este género. Todas estas canciones son diferentes y, al mismo tiempo, son Allnighters”, describe Ortiz de Zárate. Con todo, ahora llega el momento del público.

Entre Gijón y Gasteiz

Para hacer realidad Big Brother, la banda ha regresado a Gijón, ya que el disco ha sido grabado, producido y masterizado por Jorge Explosión en los Estudios Circo Perrotti. El álbum anterior “también lo hicimos con él y salimos muy contentos”, recuerda Igu, al tiempo que señala que “el estudio y el conocimiento que sobre la música que tiene Jorge no se pueden perder de vista”.

Además, tanto el líder de Doctor Explosion como Igu y Ortiz de Zárate mantienen una estrecha amistad desde hace años. “El primer concierto que dieron ellos fue teloneando a The Allnighters en Oviedo”. Desde entonces, principios de los años 90, ha llovido un poco, eso sí. Algo menos ha pasado desde esa mencionada actuación de 2018 en Gasteiz. Desde entonces, la formación ha seguido llevando su sonido por diferentes escenarios, pero sin volver a encontrarse con su público más cercano.

Imagen promocional del nuevo disco de The Allnighters Gustavo Paredes

La intención de la banda era volver antes, pero quería hacerlo con material nuevo. Sin embargo, la pandemia y otras circunstancias fueron retrasando la agenda. Eso sí, este sábado en Hell Dorado toca quitarse la espinita. Va a pasar en una actuación en la que también habrá sus sorpresas, como la presencia de Ernesto García, quien aunque tuvo que dejar el proyecto por cuestiones laborales, no quiere perderse esta cita en el particular infierno de la calle Venta de la Estrella.

Bueno, ni él ni sus ex compañeros, que siguen cimentando el camino de Allnighters más allá de que los condicionantes de cada uno –sobre todo geográficos– a veces lo ponen complicado. Solo que, como dice Igu, “la hora y media que estás encima del escenario es tal disfrute que se te olvida todo lo demás”. Además, como añade Ortiz de Zárate, se vive con intensidad cada paso del proceso: “el mero hecho de componer, a mí ya me da la vida.”