Kaldearte: Cuando el techo del escenario es el cielo de Vitoria

En un abrir y cerrar de ojos. La decimoctava edición de la muestra de artes de calle de la capital alavesa, KaldeArte, ya ha pasado. Atrás quedan tres jornadas intensas –sin perder de vista el aperitivo que se compartió el jueves desde la plaza Zuberoa– en las que ha habido oportunidad para disfrutar de muy diferentes propuestas escénicas, más allá de que el tiempo ha jugado su papel en esta gran representación.

Al fin y al cabo, no hay sorpresa posible. Siempre que la calle es el escenario puede ocurrir de todo. Por supuesto, en una ciudad como Vitoria, asegurar el buen tiempo y, sobre todo, la ausencia total de lluvia, es una quimera. Cuando el techo escénico es el cielo de Gasteiz, todo puede pasar. Hasta ahora, de lo único que ha escapado KaldeArte a lo largo de sus ediciones es de la nieve.

Últimos aplausos

Pero más allá del estado de la meteorología, en esta última jornada el público volvió a disfrutar de diferentes propuestas ofrecidas a lo largo de toda la jornada. Los últimos aplausos no faltaron por parte de los espectadores que sabían qué querían ver y por quienes se fueron encontrando obras sin pretenderlo. Unos y otros agradecieron a las compañías el gran trabajo realizado.

Ahora, de todas formas, toca hacer balance y, sobre todo, empezar a mirar a lo que sucederá dentro de doce meses. La muestra no se organiza de un día para otro. Ni mucho menos. Detrás de la iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de Gasteiz hay no pocos planes y procesos a medio y largo plazo, sobre todo cuando la muestra se implica también en la producción de algunas propuestas.

Así que toca ponerse manos a la obra. Eso en lo organizativo, claro. Porque el público va a seguir este verano contando con no pocas oportunidades de encontrarse con otras propuestas a pie de calle en diferentes puntos de Álava. Es la época propicia, aunque el cielo no siempre esté por la labor.