Antes de tomarse un respiro hasta septiembre, la actual edición del ciclo de música de cámara que acoge el Conservatorio Jesús Guridi vuelve a encontrarse este domingo al mediodía con el público. Lo hace en una cita especial que estará marcada por la presencia del Coro Samaniego y el organista Aitor Olea, y por la conmemoración del centenario del fallecimiento del compositor Gabriel Fauré.

Contando con la presencia como solistas de la soprano Itziar Gascón y el barítono Eduardo Gómez, el encuentro con el público se producirá a las 12.00 horas, quedando algunas entradas disponibles. Cabe recordar que tanto estudiantes menores de 30 años como personas desempleadas acceden de manera gratuita.

Un réquiem diferente

El programa preparado arrancará con la interpretación de Cantique de Jean Racine, pieza escrita por Fauré cuando todavía no había llegado a cumplir 20 años. Después será el turno para el Requiem op. 48, una de las obras más conocidas y valoradas de la trayectoria del creador.

“Es un réquiem un tanto especial puesto que rompe con la estética de los anteriores, que interpretaban el miedo a la muerte”, explica Nagore Alangua Macías, directora del Coro Samaniego. En la obra del compositor, organista, pianista y pedagogo francés, como él mismo describía, se produce “el arrullo a la muerte. Él decía que estaba cansado de acompañar tantos funerales, tanto miedo, tanta tristeza y que quería escribir algo diferente. Y yo creo que lo consiguió. De hecho, esperamos poder representarlo así”.

El Coro Samaniego durante un ensayo Josu Chavarri Erralde

En realidad, el coro, que cumple este años 47 años de trayectoria, ya tiene un camino recorrido con esta obra. La interpretó por primera vez en 2022, en el marco del Festival de Órgano de Álava, y viene formando parte de su repertorio desde entonces. “Después de interpretar este réquiem, en el cuerpo se te queda una sensación de paz y tranquilidad. Es precisamente eso lo que queremos que pase entre el público”, más allá de que en la obra también haya momentos caracterizados por “cierta inquietud”.

En un buen momento

Así, a buen seguro, lo comprobarán quienes acudan este domingo a una actuación que también exige cierto cambio a quienes la ofrecen con respecto a citas anteriores. “Hasta hora siempre hemos hecho el réquiem en iglesias con órganos acordes a la época de la obra. En esta ocasión, el órgano del conservatorio es uno barroco, que requiere otro tipo de trabajo, sobre todo para el organista”.

Con todo, cada detalle está ya preparado de cara a un concierto en el que tomarán parte 45 componentes del coro. “Estamos en un momento bonito, dulce”, sobre todo teniendo en cuenta la dificultad de otras masas corales para encontrar relevo generacional. “Somos una excepción en ese sentido, unos afortunados”.