La propuesta a quienes acudan hasta el próximo 11 de febrero al santanderino Centro Botín parte de una premisa básica: van a compartir una experiencia única y nada habitual. Pero poco más se puede avanzar.

Esa capacidad de innovación pero también esa necesidad de no desvelar demasiados detalles de sus propuestas antes de ser vistas son dos marcas de la casa del artista londinense Tino Sehgal.

Sucede también en el caso de This youiiyou, una obra en vivo que se construye cada día con la participación de más de una decena de bebés y sus familias, como sucede con los componentes de la compañía alavesa Altraste Danza, Zuriñe Benavente e Ignacio Monterrubio y su pequeño Luka Benavente.

Desde el 7 de octubre, en la capital cántabra se viene desarrollando un diálogo entre El Greco y Sehgal, una conversación en torno al cuidado, entre otras lecturas posibles. De Doménikos Theotokópoulos se presenta Adoración de los pastores (1577-1579), que, como explican desde el Centro Botín, representa el nacimiento de Jesús de Nazaret y rinde homenaje a la vida y a las relaciones de cuidado que la hacen posible.

En torno a este cuadro, Sehgal presenta la mencionada pieza en vivo en la que el autor “transforma y amplía este tributo al ensalzar las interacciones sutiles que surgen en los vínculos afectivos”.

Es en esta pieza donde, sobre todo Luka Benavente, así como los otros bebés participantes, se convierten en protagonistas. Pero hasta aquí se puede explicar. El artista no habla de cómo es su trabajo ni qué pasa dentro del centro. “Eso es algo que tiene que descubrir cada persona ya que la relación con la obra es experiencial, cada uno tiene que ir a verlo y vivir su propia experiencia. Esa es la única forma de conocer su trabajo”, uno que nunca se documenta, como recuerda la bailarina Zuriñe Benavente.

Reacciones muy diferentes

Más allá del fondo, lo cierto es que, en las formas, la acción supone tener preparada una logística muy bien coordinada. No todas las familias participantes acuden todos los días, sino que se va elaborando un calendario adaptable paso a paso. “Son dos horas de camino hasta Santander y luego vuelta, pero la verdad es que adentrarse en este trabajo está siendo fascinante”, remarca el músico y compositor Ignacio Monterrubio.

Toda una experiencia que durante estos meses está recibiendo a miles de personas en el Centro Botín. “Hay reacciones de todo tipo”, sonríe Monterrubio. Hay quien, por ejemplo, “de la emoción que siente se pone a llorar”. Y quien, atraído por la figura del artista londinense, ha llegado a Santander desde bastante lejos para “venir tres días, tanto por la mañana como por la tarde”. Al fin y al cabo es un creador que “al que le sigue gente por diferentes países”.

Por supuesto, también hay público que reacciona de manera bien distinta, que sale extrañada. Lo cierto es que la propuesta de Sehgal “o deja indiferente a nadie. Siempre hay algo que se mueve por ahí dentro”. No en vano, “la acción está muy viva y eso se percibe de forma especial”, como mínimo por lo inusual de la propuesta.

Tampoco es una agenda habitual para las propias personas que trabajan en el Centro Botín. “Están con pena ahora que se acerca el final”, aunque la acción y, sobre todo, la presencia de los bebés como Luka ha obligado a adaptar varios espacios para que los pequeños y pequeñas participantes tengan sus lugares donde poder ser cambiados, comer, estar tranquilos...

Toda una experiencia en positivo

De todas formas, más allá de las reacciones del público y de lo que implica el proyecto para el Centro Botín, la compañía alavesa tiene claro que “esta experiencia nos ha aportado mucho y desde muchos ángulos diferentes, desde lo artístico hasta lo personal”.

En el plano profesional, está suponiendo “poder conocer un trabajo como éste. Hemos aprendido que se pueden contar cosas de otra forma diferente con respecto a lo que para nosotros es habitual”, apunta Monterrubio, más allá de que el contacto con Sehgal y su equipo ha supuesto establecer nuevas redes con personas de distintos países. “Está siendo como encontrarse en el centro artístico europeo”.

En lo persona, “estamos viviendo, sobre todo Zuriñe, algo que resulta chocante. Generalmente cuanto tienes un hijo se te cierran muchas puertas: ya no puedes bailar, ya no estás en forma, ya… Pero aquí te llaman para trabajar porque tienes un bebé. Es algo increíble”, sonríe.